Hacía más de ocho meses desde la última cena pero ayer al fin nos volvimos a reunir. Y de nuevo, no falló ninguna! Bueno, esta vez a Laia le pillaba un poco lejos venir desde Madrid, así que tiene excusa. Pero las ocho restantes ahí estábamos todas: Laura Judith, Vanessa, Natalia, Laura, Mery, Silvia, Elena y yo. Y nos lo pasamos igual de bien (o mejor) que la última vez.
Fuimos a cenar a un bar de tapas de aquí cerca, O Antoxo. Y nos pusimos al día de todo, en plan pasapalabra, cada una explicando qué ha sido de su vida estos últimos meses. Parecía que iba a empezar Elena, pero dijo que nada de hablar de amores y se dispararon las alarmas de cotillas de las demás, jeje. Tiene gracia, nos faltaba la periodista (Laia) pero todas hicimos un gran programa de cotilleos.
Al final empezó Laura Judith comentando que hace unos meses que se quedó soltera (seguía con el novio del instituto), pero que ahora que había vuelto a Barcelona no sabía qué pasaría… Estos meses ha estado en Oviedo preparándose para el Mir, ahora ya lo ha hecho (puesto 3000 y pico entre casi 9000, no está nada mal!) y tiene que esperar hasta abril para elegir plaza. Me pareció que hay mucha presión para elegir la especialidad. Hay unas 5000 plazas, por orden de nota eligen dónde quieren hacer la residencia (y en qué especialidad), pero las plazas más deseadas se acaban con los dosmiles, y una vez eliges no puedes cambiar (salvo si repites el Mir, claro). Se trata de ser lo más abierto posible y tener cuantas más posibilidades mejor, por si los que van antes que tú te quitan alguna! Recuerdo que cuando íbamos al instituto, Laura Judith quería ser forense. La idea se le quitó pronto, y ahora las especialidades que más le llaman son anestesia, radiología o familia. A ver si lo consigue!
Elena sigue haciendo prácticas, por un lado, y el proyecto, por otro (lo hace en la universidad). Hizo la técnica de Ingeniería Industrial especialidad en Química, y luego la superior de Química. En principio tenía que hacer el proyecto en la empresa donde hace las prácticas pero hubo un momento en que parecía que no lo podría hacer porque su jefe se iba a China, y ella se buscó la vida por otro lado. Al final su jefe no se fue, pero siguió adelante con el proyecto en la universidad. En cuanto a la vida amorosa, lleva un par de años con un amigo con derecho a roce. Vaya aguante!
Yo sigo con una mierda de trabajo y buscando otras cosas. Por cierto que ayer tuve una entrevista de la que no tengo ni buenas esperanzas ni muchas ganas. La entrevista fue en Sabadell aunque el trabajo sería en Sant Cugat, un poco de palo sí que da desplazarse hasta allí, además no me hablaron ni de dinero ni de qué iba el trabajo, sólo que sería para programar en JAVA. Ah! Para empezar la entrevista me plantaron una prueba de nivel de JAVA. Ejem… Yo sólo he hecho JAVA en una asignatura de la carrera, vale que tuvimos que entregar prácticas y entonces se me dio bien, pero de no practicar (y más en un idioma que no conoces mucho, si fuera C sería otra cosa) se te olvida! Y que conste que en el CV no pongo que sé JAVA, sólo que lo conozco… La chica que me entrevistó (que era psicóloga, o sea que de cosas técnicas, ni idea) me dijo que tranquila, que era una prueba estándar que hacían en todos los procesos pero que para el puesto de trabajo no se requería experiencia. Menos mal, porque además el test era de preguntas muy teóricas (lo sacaron de una certificación de Sun)! En cuanto al amor, sigo también (o tan bien :P) como siempre 😉
Silvia sigue en el laboratorio, con contratos temporales pero parece que le van renovando (antes le renovaban por unos meses, ahora hace tiempo que le renuevan por un año). Está arreglando un piso que era de sus suegros para irse a vivir allí (de alquiler, en principio) con su novio. Mira que le dije hace tiempo cuando empezaron con las reformas que fuera haciendo fotos del proceso (se ve que la decoración era bastante hortera), pero no me ha hecho caso! Me conformaré con ver la versión finalizada (o casi), a ver cuándo podemos ir a verlo!
Mery también se ha comprado un piso hace poco. Mucha suerte ha tenido, el segundo piso que vieron y además en el barrio. Concretamente si yo no me hubiera cambiado en 1989 a donde vivo ahora, seríamos vecinas! Está justo enfrente del piso de soltera de mi madre, donde vivimos hasta que nos cambiamos… al edificio de al lado. Les han caído 30 años de hipoteca (a ella y a su novio), pero por los precios que se ven en el barrio (desde que está La Maquinista se ha revalorizado mucho) les ha salido barato.
Laura y Natalia siguen como siempre. Laura en la peluquería de la plaza, aunque con nuevo horario de tardes, y Natalia en la tienda de pinturas. Ambas con los mismos novios desde hace 6 años y de momento sin piso ni previsiones… Ah! Natalia será tía en agosto! Qué gracia!
Y por último Vanessa, que estudió Psicología (Mery empezó con ella pero luego se pasó a Historia del Arte, precisamente el jueves hablaba de ella) y ahora trabaja en un colegio ordinario pero donde van muchos niños con necesidades especiales (disléxicos, etc.). Y por la tarde pasa visitas a domicilio. Otra que tiene piso! Y en cuanto tenga dinero, se nos casa! Con quién? Pues con el militar (ayer nos recordó su nombre: David). Qué recuerdos… Cuando íbamos al instituto teníamos que pasar por delante de los cuarteles, que entonces estaban operativos (no eran un gran solar donde hacer pisos como ahora), y había militares en la puerta, vigilando supongo. Uno de ellos empezó a hablar con Vanessa, de hablar pasaron a salir… y hasta ahora!
Después de la ronda de pasapalabra, empezamos a recordar anécdotas, parecíamos unos abuelos contando batallitas, tanto del instituto (al que fuimos todas menos Laura, que hizo peluquería) como del colegio (al que fuimos todas menos Laura Judith y Vanessa). Recordamos a los profes, la manía que le tenía la Senyora Rosa a Laura en el cole, las broncas que le pegaban a Mery en octavo por hablar conmigo en clase cuando nos sentábamos juntas (decían que yo podía hablar con ella y escuchar a la profe a la vez, pero ella no, y por lo tanto debía estar atenta, jeje), la señorita Camino que tanto odiábamos en EGB pero que recordamos ahora con cariño (dónde estará?), el follón que se montó en COU con una profesora de castellano porque corrigió de diferente manera ejercicios exactamente iguales, la profesora de historia de la que hablaba el otro día (todas teníamos la misma opinión de ella), el Llorenç (un profesor de Química un poco chiflado que en las horas de laboratorio nos enseñaba a ligar)… Y de repente, quién aparece por el bar? El 35.
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Séptimo de EGB. Yo me siento con Silvia, y delante tenemos a Mery y a Albert (un chico con el que tenía una gran rivalidad, era superdotado y le pasaron un curso, pero al final me cayó bien). A mí me gusta César, un chico que siempre va recogiendo cosas por el suelo y nunca hace caso en clase, es un caos. Silvia y Mery lo saben, pero no queremos que Albert se entere, por lo que Silvia inventa un código para que nos podamos referir a él sin que Albert sepa de quién hablamos. Codificamos su nombre en función del orden de las letras en el abecedario, así César quedaría 3520119, pero para abreviar nos quedamos con las dos primeras cifras: 35. Silvia sin saberlo había descubierto la criptografía!
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El número 35 me ha perseguido más allá de César. Supongo que también era porque me fijaba, pero veía treintaycincos por todas partes. Daba la casualidad de que delante del instituto paraba un autobús de ese número, así que también era normal. Ahora ya forma parte de mi vida, cuando me registro en algún sitio y no está disponible mi nick (Lady Madonna o alguna de sus variantes: sin espacios, con guiones…), le añado el 35 al final. Recientemente me pasó en YouTube! Volviendo a la cena, el pobre se debió abrumar con tanta chica (además yo le saludé con la mano, y riéndome) porque apenas hizo un movimiento de cabeza y fue a sentarse con sus amigos.
Al salir del bar vimos a Ilde (un compañero de la universidad de Natalia) que pasaba por allí, se acercó y nos hizo la foto de familia.
Después unas cuantas supervivientes (Laura, Laura Judith, Silvia, Natalia y yo) nos fuimos a un bar a tomar algo. Allí la conversación cambió de tono (ya no hubo más risas tontas ni más batallitas), pero la verdad es que fue muy interesante. Yo nunca he entendido el proceso que hay que hacer para poder ejercer de médico, ves las series de médicos y no te enteras (que si residencia, rotación… no sabes si son médicos o estudiantes…), y la verdad es que Laura Judith habló muuucho! Supongo que tiene razón cuando dice que cada uno sabe cómo va lo suyo o lo de la gente que tiene alrededor, pero no las profesiones ajenas. De todas maneras a mí me pareció muy instructiva la charla de ayer.
A ver si no tardamos otros ocho meses en hacer otra cena! Para empezar podríamos celebrar la asignación de plaza de Laura Judith.
Friday, 27 de May de 2016, a les 19:00
[…] 10 años (oh my gods) escribí la historia de El 35. Está en medio del post, así que […]