No, no hablo del niño, sino de la película que ayer fuimos a ver al cine. Una palabra para definirla: Nomehagustado.
Fuimos a la sesión de las 19:15h y sólo quedaban primeras filas, así que decidimos comprar las entradas de las 22:15h, ir a cenar y volver, sin caer en que la peli tenía pinta de larga (2 horas y media, nos dijeron en la entrada) y en la hora que tenía que levantarme hoy. Finalmente llegué a casa a la 1:30h y hoy estoy bastante hecha polvo.
Y para quedarme a gusto, ya aviso de que voy a destripar la peli. No tiene mucho misterio, ya que desde el principio sabes cómo va a acabar (es la historia de Salvador Puig Antich, el último preso político ejecutado durante el franquismo, sabes que de rositas no se va), pero si te interesa meterte en la película, no sigas leyendo.
Qué me da rabia de esta película? Pues que no te explican nada de apenas ninguno de los personajes (incluso de Salvador), directamente te cuentan en 45 minutos cómo atracaban bancos, banalizándolo incluso (el primer atraco, cuando les da la risa, es patético, o luego haciéndose los chulitos), sin profundizar demasiado en las razones políticas de esos atracos (sí, sabes que lo hacen para financiar revistas anarquistas, pero ya está), y cómo llegan a detener a Salvador, y el resto de la película consiste en ver cómo lo condenan y lo matan. Y se hace laaargo… Con sólo decir que cuando por fin sale la sentencia de muerte en firme, que le tienen que ejecutar a la mañana siguiente, miré el reloj y todavía quedaba media hora de peli, os hacéis una idea…
Y es que desde el momento en que el funcionario de prisiones se pone a jugar al baloncesto con Salvador, la película para mí perdió toda credibilidad. Porque eso pudo haber pasado en la realidad (que no lo sé, la verdad es que no conocía la historia más allá de lo de último preso político ejecutado), pero tal como te lo presentan no es verosímil. Porque que un tío que un día te está insultando por asesinar a un compañero (un guardia civil), de repente se haga tan amigo tuyo… no cuela. Eso sí, lo mejor es cuando el funcionario este calla como una puta durante la ejecución, y sólo una vez muerto Salvador (agonía incluída, que esto es para un punto y aparte) se pone a gritar en contra de Franco.
Lo de la agonía? Pues si la última media hora de peli consiste en la espera y la ejecución de Salvador, creo que no exagero si digo que la ejecución en sí dura 10 minutos. Técnica del garrote vil, se muestra casi con todo detalle (hacía falta?), y cuando parece que ya ha muerto, viene el médico a certificarlo y dice que todavía respira. Así que esperan. Después de un rato vuelve a mirar y sigue respirando (el hombre está inconsciente, claro). Y finalmente se acaba la agonía (tanto para Salvador como para el espectador, de verdad hacía falta ese detalle?).
Otra cosa que ayuda a la fluidez (nótese la ironía) de la película es la aparición de personajes aparentemente irrelevantes. Porque Cuca (interpretada por Leonor Watling) aparece sólo al principio, y bueno, su intervención puede ser importante por lo de los telegramas, pero Margalida (Ingrid Rubio)? Se les ve como se enrollan, él le dice que está en búsqueda y captura, y no la volvemos a ver hasta el funeral. Tan imprescindible era?
Aprovecharé para hacer una confesión: soy de lágrima fácil. Cuando me río enseguida se me saltan las lágrimas, y a la mínima que algo me afecta me pongo a llorar. Ésta hubiera sido una peli ideal para hacerme llorar, de hecho un amigo de Salva la fue a ver el otro día y estuvo llorando dos horas, y yo iba preparada para ello. Pero nada, ni una lágrima. Y es que desde el principio, explicando el background tan apresuradamente, presentando a Salvador como un loco atracador de bancos, pues no me identifiqué con él ni me metí en la película. Y si la introducción la comprimen, el desenlace lo estiran como un chicle, con lo que a mí lo único que me provocaba era aburrimiento.
Ala, ya me he quedado a gusto con una de las 3 pelis que pueden representarnos en los Oscars, aunque me da a mí que frente a Alatriste (que no pienso ir a ver, pero tiene a un internacional en su reparto, que siempre viene bien) y a Volver (que tampoco iré a ver, pero Almodóvar y Penélope Cruz pueden tener mucho tirón en Hollywood), no tiene nada que hacer.
Y creo que no soy la única.