Os acordáis de aquel viaje que hicimos a Irlanda, allá por septiembre del año pasado? Ya han pasado 4 meses, pero por fin tengo la crónica. Se ha retrasado básicamente por los vídeos, que entre que mi experiencia es nula y que los programas de edición de vídeo se ponen en mi contra, me ha llevado bastante tiempo editarlos todos. Pido disculpas de antemano por su calidad, hay varios factores adversos: la Pentax ya no grababa vídeos demasiado buenos (además, de origen eran 320×240 pero iMovie’06 me los ha hecho a 640×480… what the frak?); el audio está fatal por los ruidos del viento, del coche, de la lluvia, etc., intenté subtitular los trozos que menos se entendían pero no hubo manera, el vídeo cascaba; los dos últimos vídeos los edité el domingo por la tarde, y a iMovie le dio por poner una especie de cortina verde, así que si veis algo verde en alguna transición, es por esto. Espero aprender algo en la Jornada de vídeo de CampusMac, y empezar a hacer cosas más decentes (ojalá Final Cut no me odie tanto como los iMovies, que el ’08 el otro día se cargó todo un proyecto que me había costado horas hacer, por la cara!).
Post scriptum: 4 días dan para mucho, y la crónica me ha quedado larga hasta para mí, así que por el bien de vuestra salud mental, he decidido publicarla en 3 entregas… De nada 😛
Sábado 22.09.2007
Salva se había quedado a dormir en Barcelona (por aquella época todavía vivía en casa de mis padres :P), porque teníamos que madrugar. A las 4:15h nos levantábamos, el taxi llegó a las 4:35h (lo esperábamos para las 4:45h, por suerte estábamos preparados), y a las 5h estábamos en el aeropuerto… Hay vida a esas horas! La cola llegaba hasta el infinito y más allá, y encima una mujer se coló con todo el morro… El vuelo fue puntualísimo, y como suelo hacer cuando llego a un país extranjero, en el aeropuerto de Dublín busqué un súper para cotillear las bebidas raras irlandesas. Compré un H2OH!, agua con un poco de 7Up y zumo de manzana… menudo acierto, estaba buenísimo!
Acto seguido fuimos a la oficina de turismo del aeropuerto a pedir información, donde una tía súper borde nos dio un minimapa con las rutas del bus turístico (odio los buses turísticos) y nos dijo que las paradas eran los sitios de interés, pero sin explicarnos absolutamente nada. Además, cuando le pedí indicaciones para ir a Moher (pensábamos ir el domingo), nos dijo que si alquilábamos un coche ya nos vendría un mapa en la guantera, y que lo buscáramos allí. Vale, pero el problema es que no tenía claro dónde estaban los acantilados exactamente, porque no había encontrado ningún sitio donde indicara claramente el pueblo más cercano, o la ruta desde Dublín (por si a alguien le interesa, mis fotos en Flickr están geotaggeadas, y en cuanto a la ruta, Doolin es una buena referencia… si no te cortan la A6, claro… more on this later).
Cogimos un autobús, que nos dejó en O’Connell Street (el Passeig de Gràcia dublinés). Nada más bajar me dolieron los ojos, pero justo al lado había una oficina de turismo, y viendo el éxito que habíamos tenido con la del aeropuerto, lo volví a intentar allí. Menos mal, porque me atendió una chica muy maja, que me explicó cómo ir a los acantilados (me dijo que había que pagar peaje en un tramo de la autopista, pero me aconsejó ir por ahí porque hasta los irlandeses se pierden por las carreteras secundarias… qué miedo!), me dio un mapa algo más decente (aunque tampoco era ninguna maravilla, pero esto ya es marca de la casa de Irlanda), me explicó los sitios más interesantes de ver, me dijo los horarios de los museos y los autobuses que tenía que coger para ir a cada sitio… Un sol de chica, vamos. Lo bueno es que después volví a comprar un adaptador de enchufe y la vi hablando con una pareja… en un castellano perfecto (aunque con acento guiri). Curioso, por una vez no me han calado enseguida 😛
El B&B donde nos alojábamos estaba bastante cerca de allí, así que fuimos caminando. Eran las 10:30h cuando llegamos, y nuestra habitación todavía no estaba preparada (por lo que pudimos entender de nuestra borde y nada vocalizadora anfitriona). Las maletas las dejamos allí, pero tuvimos que cargar con el portátil y las mochilas la mitad del día, con lo que acabamos reventados. Nada más salir del hotel vimos una señal que ya presagiaba toda la diversión que nos encontraríamos en Dublín. Caminando, llegamos a otra oficina de turismo en Temple Bar (la zona de bares), que es una antigua iglesia reformada por dentro que alberga, además de la oficina de turismo, una enorme tienda de regalos. Salva me pidió la cámara para fotografiar unos curiosos chubasqueros, y al final yo acabé comprando uno (en parte por la gracia, pero también porque no tenía ninguno). Viendo el color de éste y otros elementos de la tienda (por no hablar del papel con el que envolvían los regalos), ya empezamos a intuir el color oficial de Irlanda.
Seguimos caminando, pasamos por Trinity College, llegamos a un parque que nos habían recomendado pero resultó ser bastante cutre, pasamos por una calle que instantáneamente nos transportó a Aachen, Salva encontró publicidad de su blog, vimos las típicas puertas de colores que salen en las postales irlandesas, la casa de Oscar Wilde, la estatua de O’Connell…
Después de comer, volvimos al hotel a ocupar la habitación, comprobamos que Cris (mi excompañera de trabajo, que fue la que me recomendó el B&B) no mentía respecto a las escasas dimensiones del lavabo, nos cambiamos de ropa… y nos fuimos a la cárcel. Pero no a una cárcel cualquiera, sino a una histórica: Kilmainham Gaol (gaol es la voz británica de jail, que en realidad es inglés americano). La visita era guiada, y mientras esperábamos al guía, nos paseamos por el museo, donde hicimos un poco (o bastante) el tonto y vimos una encuesta curiosa… con un resultado inquietante.
El guía (un hombre bastante soso, todo sea dicho, pero que se sabía la historia de la prisión al dedillo) nos enseñó los estrechos pasillos y las minúsculas y oscuras celdas de la cárcel original, pero lo realmente interesante fue visitar el ala que se construyó a posteriori, con un estilo pionero que luego copiaron en otras cárceles del mundo, y que posiblemente os sonará porque ha salido en muchas películas (concretamente, algunas escenas de The Italian Job se rodaron aquí, y U2 grabó un videoclip):
Por qué cambiar las celdas cochambrosas de toda la vida por estas otras tan luminosas? No se suponía que había que castigar al preso? En realidad la luz es un efecto secundario, las ventanas en las celdas estaban para que Dios viera al preso y le castigara eternamente.
También nos enseñó el patio, donde los considerados padres de la patria (no olvidemos que la cárcel se abrió bajo mando inglés, y así funcionó durante mucho tiempo, con muchos presos políticos irlandeses) fueron fusilados. Una visita muy interesante, la verdad. Aunque esté en la otra punta de la ciudad, vale la pena ir.
Aprovechando que estábamos por ahí (el centro de Dublín es pequeñito, pero la cárcel y el parque están bastante al oeste), fuimos a pasear por el Phoenix Park, uno de los parques urbanos más grandes de Europa. Sólo paseamos por la parte sur, vimos el monumento a Wellington, pudimos ver unos cuantos tréboles (pero ninguno de 4 hojas, ooohhh!), y descubrimos la mierda de transporte público que tiene Dublín cuando no fuimos capaces de encontrar un autobús que nos llevara a la catedral. Al final, entre tranvías, trozos caminando (estábamos destrozados de haber cargado con los trastos por la mañana) y algún autobús, llegamos a Saint Patrick’s Cathedral, pero desafortunadamente ya habían cerrado, así que no la pudimos visitar (esto se convertiría en una tónica en el viaje).
Volvimos a Temple Bar, y como era algo pronto para cenar (no eran ni las 19h!) fuimos a tomar algo… Todos los bares estaban bastante llenos, así que acabamos en el Hard Rock Café, donde me tomé una caipirinha con un color naranja algo sospechoso pero deliciosa. Cuando quisimos ir a cenar, todos los restaurantes de la zona estaban llenos, y después de preguntar en unos cuantos, acabamos en un italiano donde nos clavaron 60€, aunque la comida era buena. A media cena nos cambiaron de mesa, pero salimos ganando con el cambio, la nueva estaba al lado de la ventana y veíamos pasar a la gente que iba de fiesta. Lo más curioso fue ver a chicas con unos tacones de escándalo… andando como patos por las calles adoquinadas.
Después de cenar nos fuimos directos al hotel (he dicho que estábamos reventados?). Nos dispusimos a celebrar un ritual, impuesto por mí, que consistía en visualizar La Princesa Prometida, si no toda, al menos la parte relativa a lo que visitaríamos al día siguiente: The Cliffs of Insanity! No fue fácil, pues el portátil de Salva (se llevó el del trabajo) no tenía instalado ningún códec ni ningún reproductor de DVD (y WM11 estaba sin activar, y sin internet…). Al final no sé cómo lo conseguimos, pero disfrutamos el secuestro de la princesa, el trayecto hasta los acantilados, la escalada y la batalla de esgrima en la cima. Bueno, mientras Salva estaba en el lavabo yo me quedé viendo algún fragmento más, jeje.
Friday, 25 de January de 2008, a les 7:18
Es la prision de el “en el nombre del padre”
peliculon…
Friday, 25 de January de 2008, a les 8:47
Cierto, MAcOs… Yo no la he visto, a ver si lo remedio pronto 😉
salu2
Friday, 25 de January de 2008, a les 9:09
Yo no la quiero volver a ver, es un tostón importante y sensiblero 😛
Friday, 25 de January de 2008, a les 9:23
Jaja! Pues si me falla el que me obliga a ver películas, no sé si la veré…
petons!
Friday, 25 de January de 2008, a les 16:13
Ains… solo por la historia que cuenta… y porque es veridica… hay que verla…
A mi me entraron ganas de ir a quemar Ingleses cuando la vi…
¿Sera por lo del RH negativo que decia Arzallus?
Friday, 25 de January de 2008, a les 16:13
yo tambien quiero petons, no salu2, es que soy un envidiosin
Friday, 25 de January de 2008, a les 16:16
AH¡ Y por la escena donde hacen el mapa de LSD… XD
Friday, 25 de January de 2008, a les 16:20
Y lo peor de todo, que hoy por hoy en este pais, estan pasando cosas parecidas, y no hablo de oidas…
Y se calla el troll ya, que se aburre en la oficina un viernes por la tarde…
Friday, 25 de January de 2008, a les 18:40
Jaja, menudo spammer tenemos por aquí!! :P. Con lo del mapa de LSD me ha entrado curiosidad… pero qué pereza ponerme a ver una peli! Bueno, va, la acabo de poner en el aMule (sólo espero que no sea un fake xDD)
petons! 😉
Saturday, 26 de January de 2008, a les 0:05
[…] the irish chronicles (I) […]
Sunday, 27 de January de 2008, a les 0:01
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