En el episodio piloto de Las aventuras de 2 viajeros en standby, nuestros viajeros hicieron una escapada a Alemania, pasaron (sin quererlo) una noche en un aeropuerto de Alemania y tras 4 días de peregrinaje por fin llegaron a San Francisco, donde lo pasaron genial. No conté la vuelta, pero fue como la seda, entraron tanto en el vuelo intercontinental como en el doméstico a la primera.

Tras aquella experiencia, ella dijo “nunca más”… pero él es un liante, y en fin de año 2016 no preveían tener planes con amigos así que no le costó mucho convencerla de mirar opciones para escaparse. Y Miami (que había estado en la lista preliminar de posibles destinos de la Mission:Honeymoon) destacó enseguida, principalmente por la previsión de tener una temperatura agradable en esas fechas.

Dado lo bien que les funcionó Lufthansa en la aventura anterior, esta vez decidieron confiar sus vidas a esta compañía, y tras estudiarlo, vieron que la estrategia a seguir era volar a Frankfurt, ya que es un hub importante y si no pudieran volar a Miami, tenían varias opciones más en el mismo día para llegar a USA (y luego ya dentro de USA tendrían muchísimas más opciones de moverse, ya que hay varias compañías y bastantes vuelos diarios). De todas maneras, y aprendiendo de la experiencia, trazaron desde un plan A hasta un plan Z, tanto para la ida como para la vuelta. Nuestra viajera preparó uno de sus excels infinitos con cada una de las opciones y sus ramificaciones.

Procrastinaron la compra de los billetes hasta el último momento, ya que tenían un grave problema: para la fecha de salida prevista (26/12/2016), el eslabón débil de la cadena era la conexión BCNFRA, ya que el primer vuelo (que además salía a una hora intempestiva, 6:55h :S) tenía carita roja, y si no cogían ese ya no llegaban a ninguna conexión hacia USA ese mismo día (implicaba asumir dormir en Frankfurt). Salir un día antes era imposible (se podían saltar Sant Esteve, pero no Navidad), y salir un día más tarde implicaba recortar un día como mínimo, ya que no podían/querían alargar por el final (la intención era volver el 03/01/2017 para llegar a casa el 04/01/2017 y poder estar para la Cabalgata de Reyes), y posiblemente 2 en caso de no volar a USA a la primera.

Y una semana antes del viaje, el vecino le puso los planes patas arriba proponiendo volar con Air Europa (vía Madrid) a la ida, ya que tenía carita verde y algún compañero tenía un contacto que le podía mirar la disponibilidad real. Según les comentaron la disponibilidad era buena, así que descartaron la mitad del excel 😛 y apostaron todo a Air Europa (un único vuelo diario MADMIA). Reservaron un hotel en Miami del 28/12/2016 al 03/01/2017 con posibilidad de cancelación hasta 48h antes, ya que la idea era ir un par de días a los Florida Keys, pero todo lo demás lo dejaron en el aire: coche, hoteles del 26/12/2016 al 28/12/2016…

Después de la comida de Navidad, nuestros viajeros proceden a hacer las maletas. Se les olvida (en serio xD) que pueden facturar 1 maleta cada uno y deciden coger la maleta gigante y un trolley. El viajero tiene una idea feliz: empaquetar ropa de playa y mudas para un par de días para ambos en el trolley y no facturarlo. Así si por alguna razón tienen problemas con la maleta, la etapa de los Keys la podrán hacer igual. Y en Sant Esteve, empieza la aventura propiamente dicha (otra ventaja de ir con Air Europa es que se evitaron el madrugón, ya que el BCN-MAD salía a las 12h).

El jarro de agua fría ya llega en Barcelona: el vuelo BCN-MAD va bien (en principio; no les asignan asientos) pero el MAD-MIA va lleno. El viajero mantiene la esperanza, la viajera es más pesimista. Finalmente vuelan a Madrid (en asientos separados, y rodeados de gente que va a diversos lugares de vacaciones, entre ellos Miami xD) y se dirigen enseguida a la puerta de embarque del MAD-MIA. El viajero va hacia el mostrador de embarque a esperar al personal de Air Europa, la viajera se queda sentada para no ponerse nerviosa. Cuando finalmente aparece un trabajador por ahí, les trata (a nuestro viajero y a otro par más de pasajeros en standby que había por allí) con el máximo desprecio. Mala señal.

Cuando finaliza el embarque, el trabajador informa a los pasajeros en standby (5, incluyendo a nuestros 2 viajeros) de que no entra nadie. De los otros 3, uno (le llamaremos “el piloto”) es piloto de Air Europa, otro (llamémosle “el majete”) es novio de una azafata de Air Europa y el tercero (“el austríaco”) también es novio de una azafata de Air Europa, por lo que en cualquier caso, los 3 tienen prioridad sobre nuestros viajeros (primero el trabajador directo, luego los beneficiarios). El piloto pide el jump seat (asientos “adicionales” plegables como los de los TCPs, no son muy cómodos pero si tienes mucha necesidad aceptas lo que sea; puedes pedir un jump seat pero es potestad del comandante dártelo o no) pero el trabajador (llamémosle IR), sin trasladar la petición, dice que no. A una compañera de IR se le escapa que quedan 2 plazas libres en Business (el procedimiento normal en caso de que queden plazas en clases superiores y no en turista es hacer el upgrade a un cliente y que el pasajero en standby vaya en turista) y el piloto y el majete se agarran a eso como un clavo ardiendo, pidiéndole que solicite el upgrade, e IR diciendo que no a todo, que ya lo ha pedido y que ya no es posible. El austríaco, pobre, hace lo que puede con el idioma (no habla castellano, solo inglés), y nuestros viajeros deciden que ya que no van a volar, más les vale reservar un hotel en el aeropuerto e irse a descansar, ya lo intentarán al día siguiente. Preguntan a IR por dónde salen las maletas y este les dice (de malas maneras) “no sé, supongo que en la sala 1”.

Nuestros viajeros dejan a los otros 3 discutiendo con IR y van hacia la sala 1, donde no hay ni rastro de su maleta, preguntan a un trabajador y les indica dónde está el mostrador de Air Europa… donde no hay nadie. Por Twitter la ayuda es inexistente (contestan cosas tipo “pero no tenías un vuelo a Miami?” ehm ya, pero está claro que no lo he cogido; o dirigen al mostrador vacío). Al cabo de un rato aparecen el majete y el austríaco. El majete les explica que el piloto lo ha estado intentando hasta el último momento, que al final ha convencido a IR de ir a preguntar al comandante por el upgrade pero cuando ha ido le han cerrado la puerta en las narices (si hubiera accedido 10min antes igual habría llegado a tiempo). Están despotricando de IR cuando aparece un Guardia Civil y pregunta qué pasa, explican la situación y el GC les dice por qué cinta suelen salir los equipajes, les informa de que si quieren salir fuera a preguntar que lo hagan sin problemas (luego él les dejaría volver a entrar si es necesario) y les desea feliz Navidad y feliz año. Una persona amable! Con lo poco que le cuesta a nuestra viajera ponerse emocional xD

Los protagonistas deciden aprovechar que son 2: él se quedará en la sala 1 por si empiezan a salir las maletas y ella irá a la oficina de venta de Air Europa a preguntar si les pueden hacer el cambio (o en cualquier caso preguntar disponibilidad real del vuelo del día siguiente) y confirmar si la maleta saldrá en la sala 1. En la oficina de venta aparece la segunda persona amable del día, una chica majísima que aunque no le puede hacer el cambio (ya que su sistema solo se lo permite para billetes standby de trabajadores de la propia compañía) sí le dice que el vuelo del 27/12/2016 pinta bastante mejor (18 plazas en turista, a menos de 24h del vuelo, si eso se llena apaga y vámonos!). También le confirma que si no hay nadie en la sala 1 es porque ya no hay vuelos internacionales y que seguramente las maletas saldrán por la sala 6 (en la siguiente terminal, la 2).

Ella avisa a su marido y éste sale de la sala 1 con el austríaco y el majete (al piloto ya no lo volvieron a ver ese día, o no llevaba equipaje o conocía un atajo xD); el majete se va al mostrador a cambiar el billete para el día siguiente (nuestros viajeros pensaban “frak, competencia para mañana!” xD), y los otros 3 empiezan la peregrinación hacia la última sala de la terminal 2. El austríaco está que trina, y les dice que él ya pasa de volver a intentarlo (“bien, uno menos!” xD). Llegan a la sala y allí no se mueve ninguna cinta, ni ven ninguna maleta conocida, así que preguntan en el mostrador (aquí sí que hay gente, menos mal). Como los 3 tienen el mismo problema y el austríaco no habla castellano, este pide a la viajera que hable por él. Pero el personal de Air Europa insiste en tratarlos por separado. En cualquier caso, muy desagradables: “ahora las traen”, “saldrán por esa cinta”, “esperaos que ya saldrán”, y sin escucharles. ¿Lo peor? Cuando al cabo de unos 15-20min aparece el majete y su maleta está esperándole ya fuera de la cinta. En ese momento, los otros 3 *saben* (sin tener confirmación pero al 99,99%) que sus maletas no van a aparecer, ya que si las hubieran bajado del avión estarían allí con la del majete. Vuelven al mostrador y el personal sigue con la misma cantinela, pese a que explican que otro pasajero en su misma situación acaba de irse con su maleta.

Pierden 2 horas hasta que hay un cambio de turno en el mostrador y el chico que les atiende (tercera persona amable del día!) entiende que algo raro pasa. Investiga el código del equipaje (no perdáis nunca la etiqueta que os pegan en la tarjeta de embarque!) e informa a nuestros viajeros de que lo último registrado respecto a su maleta es que subió al avión en el segundo contenedor (de 11!), y que lo más probable es que al comandante le diera pereza tener que bajar casi todas las maletas para encontrar las afectadas y tiró millas (aunque está prohibidísimo que una maleta viaje si el pasajero no vuela, podéis imaginar por qué). Muy bien, et felicito fill. Como nuestros viajeros lo van a intentar al día siguiente, el chico envía un mensaje a Miami para que guarden la maleta, y recomienda a los viajeros que al día siguiente se pasen por el mostrador antes de embarcar para confirmar si la maleta fue registrada al llegar a Miami, “por si acaso”. Se despiden del austríaco (que está gestionando ya que le envíen la maleta a su casa de Madrid), y se van a hacer el check-in del vuelo para poder estar ya “listados” (cuanto antes lo haces, mayor prioridad tienes). También cancelan el hotel de Miami (y lo vuelven a reservar pero del 29/12/2016 al 03/01/2017, es decir como plan B recortan un día de Miami, y en el peor caso podrán volver a cancelar mañana).

Resultado del primer día: viajeros en Madrid, a 6ºC, sin más abrigo que un polar+impermeable finito y con una maleta con mudas tropicales. Hotel, cena, dormir.

Welcome to NotMiami

Al día siguiente, después de desayunar y hacer el check-out del hotel, nuestros viajeros van a preguntar por la maleta. Por supuesto, en el mostrador de Air Europa no hay nadie, y eso que hace rato que están llegando vuelos. Tras una hora de espera, aparece alguien por allí, consulta el identificador pero no está registrado. No da mucha confianza, pero vuelve a enviar un mensaje a Miami para que la guarden allí.

En la puerta de embarque, saludan al majete, al piloto y a algún otro nuevo contendiente. Aparece una chica bastante más amable que IR y no tarda en explicarles que están todos los standby aceptados. Nuestros viajeros respiran tranquilos, aunque les toca esperar al final del embarque para obtener asiento (separados). Cuando pasan para dar la primera comida, el personal de vuelo les dice que los menús van justos y para los standby no hay. ¿Cómo? ¿Les vas a tener 10h sin comer nada? ¿Ni un snack? El pánico se apodera de nuestros protagonistas, aunque finalmente sí que hay comida suficiente.

Una vez en Miami, tras los trámites de rigor, intentan sin éxito encontrar el mostrador de maletas perdidas pero nadie les sabe indicar, así que deciden ir hasta la taquilla de venta de Air Europa, explican la situación y un trabajador va a buscarla al almacén… y vuelve con ella.

Ahora sí, empieza el viaje, que como no es el objetivo de este relato resumiremos en: pancakes, Key West, Key Lime Pie, bañarse al aire libre en diciembre, Coyo Taco, Miami Beach, Rooftop Pool Sunset Party, Año Nuevo con Pitbull, bañarse en el Atlántico en enero, lobster roll

¿Y la vuelta? Oh, eso da para otro post (chan chan CHAN!).

3 comentaris a “las aventuras de 2 viajeros en standby, episode 2 #maletasviajeras (I)”

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