Aunque ya hayan pasado un par de semanas, no quería dejar de comentar que el sábado 30, Salva y yo fuimos a la quedada de despedida de Alexliam, que ya lleva unos cuantos días en su Málaga natal, echando de menos los frappuccinos y la Fnac… Otros ya la han resumido mejor que yo, pero no puedo dejar de decir que nos lo volvimos a pasar genial, que conocimos a gente nueva muy interesante (estaba el de RIP Microsiervos! :P) y que por fin entramos en el Kahala (está bastante bien!). Me dio pena no haber podido ir a los bolos, a la siguiente nos apuntamos de cabeza, que no quiero perderme como Guille intenta cargarse la bolera de nuevo!
El viernes pasado (día 6) tenía una cena con los amigos de la uni, ya que venía Lorena de Madrid aprovechamos para vernos. La cena en el Racó fue muy divertida, amenizada por un camarero un poco rarito: cuando nos trajo el vino estábamos hablando de Erasmus y tal, en concreto en ese momento Lorena decía algo de cuando había vuelto (ella estuvo en Niza), y el camarero soltó “no vuelvas, es una mierda”. Anonadados nos quedamos, pero no fue la última de la noche. Y a la hora del café, se lió bastante, y mira que no era difícil (todavía me acuerdo yo de lo que pedimos…): Lluís un café con hielo, Lorena un cortado descafeinado de sobre con hielo, Jordi un café solo, y Prati y yo un cortado. Y el tío para resumir empieza con “dos cortados con hielo”, noooooo!!! Cuando parece que se había enterado de todo, pasa un minuto, dos, el restaurante se va vaciando, pasan los camareros, nos ven de cháchara pero no dicen nada, llega Duke, pide un carajillo, cinco minutos, diez… “Oye, que nos faltan los cafés!” Al final nos los trae nuestro amigo el camarero, me pone a mí el café solo diciendo que es un cortado, me pone también un vaso con hielo… Cuando por fin hemos dilucidado de quién es cada cosa, y vemos que aunque sobran vasos con hielo no faltan cafés, Jordi se da cuenta de que su café está frío… Nada, una cena accidentada, pero muy divertida como decía. La pregunta de la noche fue “Tienes novio? Tienes novia?”, en la típica ronda de ponernos al día de nuestras vidas. No sé si a Lluís le quedó claro si Lorena tenia novio, novia, o era el mismo de antes, o nuevo… xDD
Y después se nos unió un amigo de Jordi (Albert?) y fuimos a tomar algo en un bar de la calle Tallers, muy ruidoso. Allí la conversación era imposible, pero se intentó. Prati, cómo no, en su mundo (si ya lo está sin ruido, imaginad con ese nivel acústico!). Todos preguntándome cuándo pueden venir a destrozarme el piso (también conocido como fiesta de inauguración), pero me temo que no podrá ser hasta septiembre u octubre, que nos falta la cédula de habitabilidad (es lo que tiene alquilar un piso nuevo) y enseguida viene agosto y las vacaciones…
En cuanto nos acabamos las bebidas nos fuimos. Eran ya las 2h y mi idea era irme a casa, ya que al día siguiente tenía que levantarme pronto para ir a tocar un iPhone. De hecho, mira que le dije a Salva que no era buena idea ir a ver Transformers el viernes a las 0h, que era mejor que lo dejaran para otro día, que si no el sábado no podría con su alma… y voy yo y me voy de fiesta. Porque me convencieron de ir a alguna discoteca. Lo cual tiene mérito, porque desde que volví de Aachen no soy muy amiga de las discotecas, pero es que además, en la última en la que estuve (Vinizius, de Mataró) me entró un ataque de ansiedad (la gente, la música, las luces…) y no me había atrevido a volver a ninguna. Pero me lo estaba pasando genial, y me apetecía seguir con ellos.
Acabamos en Sidecar, una disco de la Plaça Reial que es como un zulo (está en un sótano), había mucha gente y hacía bastante calor, pero la música molaba y la compañía también, así que mereció la pena dormir poco. Lorena, Prati, Jordi y yo nos fuimos cerca de las 4 de la mañana, y dejamos en Sidecar a Lluís, Duke y Albert. Subimos por las Ramblas hasta Plaça Catalunya, donde Lorena se fue a buscar un taxi, Prati a buscar un Nit-Bus y Jordi y yo cogimos otro Nit-Bus. Llegué a casa cerca de las 5h y me desplomé en la cama, para levantarme sólo 3 horas después.
Después del iPhone, Salva y yo fuimos a comer al Hard Rock Café. Era la segunda vez que íbamos, pero cometimos el mismo error. La primera vez habíamos ido por ver qué tal era, Salva había estado con sus padres hacía tiempo pero yo no, y la verdad es que el ambiente mola, los camareros son súper simpáticos (en serio, en pocos sitios se ven camareros tan agradables, que hacen que te apetezca dejarles propina… me encanta cuando a tu camarero se le acaba el turno y viene a presentarte a su sustituto, no lo he visto en ningún otro sitio) y la comida está bastante bien. Imprescindible el brownie, cuesta 7 euros pero vale cada uno de los 700 céntimos: nata a raudales, dos gigantescas bolas de helado de vainilla, y el brownie caliente en el fondo. Para compartir, claro. Y cuál es el error? Pues la primera vez pedimos nachos para compartir de primero, de segundo cada uno su hamburguesa, y de postre el brownie. No conseguimos acabar con él, así que decidimos que la próxima vez que fuéramos, sólo comeríamos nachos y brownie :P. Pero todo tiene demasiada buena pinta como para prescindir de algo, así que el sábado pasado también pedimos segundos. A ver si a la tercera va la vencida!
Por cierto, el chico de la entrada nos proporcionó un par de momentos divertidos: yo iba con mi camiseta del Comunist Party, y nada más llegar el chico ve la hoz y me pregunta si soy comunista. Le digo que no, que es un chiste, pero no me entiende y empieza a explicarme quién es cada personaje… Nos da el busca (te dan un aparatito que vibra y se ilumina cuando tienen mesa para ti, así mientras tanto puedes tomarte algo en el bar o pasearte por la tienda), y cuando casi una hora después se lo devolvemos, nos saluda en inglés, y veo que está rebuscando entre las cartas… está buscando un par de cartas en inglés? Pues sí. Cuando las consigue, nos dice que le sigamos (en inglés), y a mitad de camino, se da cuenta de que no éramos guiris, se gira y dice “por qué les hablo en inglés?”, nosotros le miramos con cara de “ni idea, pero mola” :P, nos pregunta si nos van bien las cartas en inglés, le decimos que no hay problema y nos deja en nuestra mesa. Ya digo que los camareros del Hard Rock son divertidos…
Después de comer vinimos a mi casa, la idea era ver algún capítulo de A dos metros, pero estábamos tan cansados que fue dejarnos caer en el sofá y quedarnos fritos. Así estuvimos algo más de dos horas, hasta que Salva decidió dejarse ver por su casa, yo me trasladé del sofá a la cama, y dormí hasta las 8 de la mañana (desde las 6 de la tarde!). Lo cual no impidió que el domingo también estuviera hecha polvo…