Este fin de semana hemos hecho una escapada relámpago a La Cerdanya con unos amigos. Subimos el viernes por la tarde, a tiempo para cenar en Puigcerdà, dormimos en el apartamento de Toni, en La Molina (donde pasamos el fin de año pasado, y está previsto pasar éste, mooola!), nos levantamos pronto y nos fuimos a hacer lo que habíamos ido a hacer: una excursión en quads.
La idea era hacerla con el tío de Salva (él y yo ya habíamos ido varias veces), pero estaba de vacaciones, así que Toni reservó en un sitio de Prats donde ya había hecho alguna excursión.
Después de equiparnos con todo, nos explicaron cómo funcionaban los quads (todos lo habíamos probado antes, excepto Xevi) y salimos con el guía. La excursión era de 2 horas, el guía nos dijo que nos llevaría una hora por terreno plano, y la segunda ya subiríamos a la montaña. La verdad es que la primera hora fue algo aburridilla, pero la segunda lo compensó con creces.
Subimos por un caminito que tenía bastantes zanjas para hacernos saltar, daba un poco de cague pero era divertidísimo… El guía vio que nos desenvolvíamos bastante bien (Xevi al principio tuvo ciertos problemas, pero luego le cogió el tranquillo… aunque se pegaba demasiado a la rueda de Christian, que iba delante suyo, alguna vez incluso se tocaron; Toni también iba a rueda del guía, pero lo hacía por darle caña, fue el que hizo más el loco) y nos llevó a lo mejor de la excursión: la bajada de los tronquitos. Un camino con bastante pendiente, lleno de tronquitos de árbol que nos hacían botar continuamente. Adrenalina a tope, el gas ni lo tocábamos, sólo jugábamos con el freno (de hecho, a mí se me caló el quad de no meterle gas durante tanto rato)… quiero volver a pasar por ahí en quad. Después hicimos una parada en un sitio con vistas, y el guía nos explicó que aquella bajada la había hecho él solo, pero que nunca había llevado a un cliente… mola! 🙂
A la vuelta, nos encontramos un paso cerrado (según el guía, los forestales le habían dicho que estaría abierto… pero no) y tuvimos que dar una gran vuelta. Sin duda esta circunstancia ayudó a que la vuelta fuera lo más divertido de la excursión, junto con los tronquitos, porque el tío tenía prisa por no llegar mucho más tarde de la hora y le metió bastante caña. A mí me gusta dejar bastante distancia con el de delante (en este caso era Salva), además de por distancia de seguridad (en general, pero el sábado especialmente, ya que al quad que llevaba le costaba bastante frenar), por poder pegar un acelerón cuando me apetezca… pero había veces que los perdía de vista! Y entonces tocaba correr, y era divertidísimo.
La parte negativa de la excursión es que acabamos hechos unos zorros: últimamente había llovido (aunque el sábado hizo un dia espléndido), por lo que había charcos en el camino (acabamos de barro hasta en los labios), pero no estaba todo completamente enfangado, por lo que también acabamos llenos de polvo (hasta dentro de las orejas, puaj!). Nos cambiamos de ropa y comimos en la hípica de Prats. Es-pec-ta-cu-lar la cantidad de comida que nos pusieron! Y buena! Para muestra, el segundo plato:
Lo mejor es que el precio fue un robo, pero no del restaurante, sino nuestro: primeros (éramos 5, pero había para 8 o 9 por lo menos!), segundos (ídem), postre y café… 16 euros. Y con la panxa ben plena, volvimos a Mataró. Por la noche vimos el partido en Estudio 54 (el piso que comparten Christian, Dani y Koko) y Salva y yo nos fuimos a casa, que estábamos cansadísimos. En ese momento pensaba “suerte del cambio de hora!”, pero mi estúpido reloj biológico me ha hecho despertarme a la hora de siempre (es decir, una antes).
Tengo unas ganas tremendas de repetir lo de los quads (aunque hoy me esté muriendo de las agujetas en todo mi cuerpo y no tenga fuerza en las manos para agarrar nada), espero que cuando Dani se recupere (en principio iba a venir, pero después del accidente de moto de la semana pasada cambió de idea… rajao! :P) lo celebremos con otra salida de éstas. El guía nos dijo que con nieve también las hacían, pero a mí me da más reparo porque en la nieve se resbala más y no hay tanto agarre. Por cierto, estaría bien como offcampus de la CampusMac (aunque hay que tener carnet de conducir)… ahí lo dejo como sugerencia 😛
En fin… un mehagustado enorme para este fin de semana.