Antes que nada, perdóname Salva por estar todo el rato pendiente del móvil, de enseñarte esto y lo otro y darte envidia ;), pero es que mi tochito (manía mía, los móviles tienen que tener apodos: el S55 era el pequeñín, el SL55 el huevito y éste, pequeño precisamente no es) es una pasada!!
Y cuando ya habíamos dejado de hacerle caso al móvil, va y me suena. Lo saco del bolso, y no doy crédito a lo que veo: Celia! La Orejona! Para su cumple (9 de agosto) yo le había enviado un SMS, pero no sé por qué no sabía que había sido yo (aunque suponía que era alguien de Aachen, porque la llamaba Orejona y le preguntaba sobre una cena que había tenido la noche anterior con los amigos de Salva que en su ruta sureña pasaron por Cádiz). Parecía que estábamos destinadas a no encontrarnos a la vez pero esta vez hemos podido hablar un rato.
Me ha explicado que está de animadora en un hotel en Marbella, pero que en octubre se vuelve a ir de Erasmus a Alemania (esta vez a Berlín), a ver si acaba la carrera por fin (ha estudiado Filología Hispánica, no t’ho perdis!). Está muy contenta, me ha dicho que a ver si vamos a verla! “Aunque tú ya has estado en Berlín, no?”, dice. Uy, sí, pero fue toda una odisea! Ojalá podamos hacerle una visitilla 🙂
Me ha preguntado qué tal me iba todo, le he dicho que hace poco he cambiado de trabajo (de hecho hacía tanto que no hablábamos que creo que no sabía nada del trabajo antiguo), le he explicado un poco la historia, pero cuando más ha flipado es cuando le he dicho que trabajaba con Carla. Las casualidades de la vida…
Entonces me ha preguntado si seguía con Salva, yo le he dicho que sí, que lo tenía al lado, y me ha dicho que se lo pasara. Han estado hablando un rato también, y mientras yo me iba emocionando…