Hace tiempo que no hablo de Bob, y eso que cada vez da más miedo! Pero es que lo de hoy ha sido… (Salva, léete el epílogo que es nuevo! :P)
Pero empecemos por el principio. Hace ya unas semanas que o yo tengo reunión, o la tiene Cristina, y la mayoría de veces no coincidimos por la tarde. Y si ya es duro coincidir con Bob en el tren, coincidir con él sola es inaguantable, así que cuando pasa, la que se queda sale 5 minutos más tarde para coger el siguiente tren al normal y no coincidir con él (increíble, pero últimamente ya no nos espera en la estación). Nos hemos acostumbrado tanto, que incluso cuando estamos las dos, hacemos como que tenemos trabajo y nos quedamos. Bueno, en realidad yo no tengo que fingir, porque estoy en otra sala y no me viene a buscar, pero Cristina sí que está en su sala (de hecho es su jefa). Aunque últimamente sale pitando (raro raro raro), ayer nos sorprendió (bueno a Cristina y a N, que luego me lo contaron) quedándose esperando en la puerta. Pero ellas abrieron una carpeta como si se dispusieran a seguir trabajando, y se fue. Dos minutos más tarde, salimos nosotras tres, y al llegar a la estación (acababa de pasar el tren), N sale al andén, hace la cara de hacernos la broma de hacernos creer que él está ahí, pero enseguida le cambia la cara y se esconde en el vestíbulo (donde todavía estamos nosotras. Realmente está ahí. Probamos una nueva estrategia: esperar en el vestíbulo hasta que el tren esté en la estación, y salir corriendo en ese momento al segundo vagón. Puede parecer pueril, pero el personaje se las trae, cada día que pasa me hace sentir más incómoda, y soporto menos tenerle al lado.
Hoy era el último día de Cristina en la empresa (ahora ya no queda ninguna de las que conocía con anterioridad, Carla se fue en octubre y Cristina, ahora). A las 17h nos ha invitado a un pica-pica, así que la última media hora de trabajo no la hemos aprovechado mucho. A las 17:33h, voy a la otra sala a ver cómo lleva Cristina las despedidas, y veo a Bob en la recepción, sentado en una silla y mirando al suelo. Miro a la recepcionista (que junto con N se cachondea bastante de nosotras, claro, como ella no lo tiene que aguantar todo el camino…) con cara de Mierda! Nos vuelve a esperar!, ella me mira con cara de pena y sigo mi camino. Llego al sitio de Cristina y se lo digo. Me dice “ya, es que me quiere decir algo”. Pánico. Qué será? Le digo que vaya ahora, que le diga lo que sea y así se vaya. Pero cuando ella llega a recepción coincide que hay bastante gente, y aunque le pregunta que qué quería, él dice (poniéndose rojo) “no, nada, es igual”. Cristina aprovecha para ir a hablar con la socia, y yo voy vigilando si se va o no. Tarda unos minutos, pero al final se marcha. Bien!
Cuando Cristina acaba con la socia, cogemos las cosas y nos vamos. Ya se ha hecho algo tarde, y perdemos (por los pelos) el tren siguiente al normal. Por suerte no está en la estación. Cogemos el tren tranquilamente (es uno de los lentos así que llega a Plaça Catalunya con unos 7 minutos de diferencia con el anterior), y en Plaça Catalunya me despido de ella y me voy al Starbucks, donde he quedado con Salva. Es una lástima, me he quedado con las ganas de saber qué le quería decir. Estará enamorado de ella? (es una hipótesis que se ha barajado mucho; cada vez que le explicamos a alguien alguna anécdota de Bob, nos dice que está enamorado de alguna de nosotras :P) Nunca lo sabremos. O sí, que hay un epílogo!
Epílogo: estaba a punto de explicarles la historia a mis padres, cuando ha sonado el teléfono. Era Cristina, que me dice “es que te lo tengo que contar”. “No! No me digas! No puede ser!” Sí, estaba en la estación de metro, esperándola. Ella ha intentado evitarle, y ha pasado de largo de donde él estaba sentado, pero él se ha levantado y la ha seguido. Ella le ha clavado un pequeño puñal, “estabas esperándome?”, él ha contestado que no (ja!). Han subido al tren silenciosamente, y un par de paradas más tarde han intercambiado sus últimas palabras:
– [Bob] Oye, hace tiempo que te quiero preguntar una cosa.
– [Cristina] Dime.
– Te pasa algo conmigo?
– No.
Qué poético. Una pena que no fuera amor, sería una anécdota más interesante 😛
A partir de mañana estoy sola ante el peligro… Habrá que ir perfilando nuevas tácticas! Espero que no me haga a mí la pregunta, porque podría llegar a responderle:
Sí. Me incomodan tus miradas al suelo, que finjas que estás dormido y no te enteras de la conversación, tu comportamiento de lapa silenciosa, que no me dejes leer el periódico en paz porque noto tu mirada clavada en mí, que te acerques sigilosamente por detrás y no digas ni hola, que te acerques sigilosamente por detrás y me claves el dedo en el hombro (es tu manera de decir hola?), tus preguntas impertinentes en general, y en particular cuando me preguntas si he podido coger el metro un día que no iba muy bien (cuando obviamente si estoy saliendo de la estación es que lo he podido coger), que salgas corriendo pensando que nos hemos ido y luego pierdas un tren a propósito para esperarnos, que te ofendas porque yo insinúe mínimamente que nos estabas esperando, que no pueda ni ir a beber agua sin que me mires (no tienes trabajo?)… te vale? Y ahora si me perdonas, me pongo los cascos y me voy al otro vagón. Hasta nunca.
Directamente desde el departamento de sueños imposibles (bueno, si alguna vez encuentras el blog, date por aludido :P).
Friday, 1 de June de 2007, a les 10:04
La caña… A partir de ahora podría ser Spooky Bob…
Friday, 1 de June de 2007, a les 11:00
Nick adjudicado!
Esta mañana me ha adelantado en el metro (ignorándome, bien!), yo he ralentizado el paso para darle margen (bastante), he perdido 2 trenes para ir sobre seguro… pero hemos cogido el mismo tren! Me he dado cuenta en Valldoreix, pero le he ignorado y he ido rapidito, y no me ha intentado alcanzar! No sé a qué juega, pero mientras no implique tenerlo pegado como una lapa todo el camino…
salu2
Friday, 1 de June de 2007, a les 13:19
Yo no conocía a Bob porque te leo desde hace poco, pero me acabo de leer su presentación en socidad que hiciste en 2006 y ¡es una entrada genial!, ¡cuántas veces habré estado en las mismas situaciones que describes!
Todos, salvo el caso más flagrante, el del tal Spooky Bob éste. Por suerte. Yo te recomendaría que siguieras ignorándole mientras funcione. Además, yo que tú llevaría una de éstas en el bolso. Por si un dia se decide a salir de su frikimundo y entablar conversación 😀
Friday, 1 de June de 2007, a les 19:32
¡Oh, sí! Ya me imagino a Lady con el taser, blandiéndolo con la misma soltura con la que Verónica Mars “freía” a los que se acercaban a ella 🙂
Saturday, 2 de June de 2007, a les 10:58
Álex, espero no necesitar eso nunca!
Mac, te prometo que he sentido un escalofrío al leer ese “freía”, en pasado 🙁
salu2
Thursday, 7 de June de 2007, a les 0:28
[…] bob ama a cristina […]