en transporte público
Escrit per Lady Madonna, a ira contenida i reflexions i that's lifeHoy he empezado la jornada intensiva. Es un alivio no tener que prepararme la comida de cada día la noche anterior (mis padres ya han inaugurado la temporada de vida en Cunit y por aquí no se les ve el pelo… aunque tendré que acostumbrarme a no tener que depender de mi madre!), pero también es un rollo llegar a las 16h y no tener la comida preparada (nota: mi madre es antimicroondas total, así que no tenemos… con lo cual hay que hacer la comida al momento, a menos que sea algo frío), y depende de lo que tardes en hacerla comes a las 17h…
Para celebrarlo, hoy había incidencias en los ferrocarriles. Mira que yo siempre los defiendo frente a Renfe (una cosa está clara, no se estropean ni la mitad de veces: esta es la segunda vez, en todo el año que llevo utilizándolos, que tengo problemas, y la primera fue por causas ajenas a la empresa), pero la verdad es que hoy no se lo han montado muy bien. Llego a la estación y me dicen que hacia Barcelona no hay trenes (sí en el otro sentido), pregunto si tienen una estimación de lo que tardarán en arreglarlo y me dicen que no, yo de todas maneras entro en la estación y me dirijo al fondo de todo porque Bob viene detrás y paso de aguantar el tostón con él. Por los altavoces sólo avisan de que la frecuencia de paso de los trenes hacia Terrassa y Sabadell es de 20 minutos (o sea que en el otro sentido tampoco van finos). Y unos 10 minutos después aparece un tren en dirección a Barcelona, pero por la otra vía. Sin avisar ni nada, para qué! Total, que todos los del andén normal de Barcelona salimos corriendo hacia el paso subterráneo para cruzar al otro lado. Por suerte, el tren nos ha esperado, sólo faltaba! Luego, obviamente, tipo lata de sardinas hasta Barcelona. Pero todavía no ha llegado lo mejor.
Llegamos a Sarrià, se apagan las luces del tren (y el aire acondicionado también, imaginad tal masa de gente al mediodía y sin aire acondicionado). Al poco se encienden… y se vuelven a apagar. Y así 5 o 6 veces. Luego cierran las puertas del tren, parece que va a emprender la marcha… pero no! Y las luces siguen apagadas. En esto que dicen por la megafonía del tren:
Atención, señores viajeros. El tren no puede salir de la estación porque está estropeado. Estamos intentando hacerle un reset.
Como decían dos chicos que estaban delante mío, entre carcajadas, debían estar intentando darle a Ctrl+Alt+Supr. Pero este festival del humor se estaba dando con las puertas cerradas! La gente empieza a ahogarse, y después de unos minutos vuelven a abrirlas. Entonces hay una huida general de la gente que piensa que el tren va a quedarse ahí de por vida, y yo aprovecho para sentarme (a estas alturas el aire acondicionado, aunque bastante suave, ha vuelto), que una de mis tradicionales bajadas de tensión veraniegas ha hecho acto de presencia y estoy algo mareada. A los 5 minutos el tren empieza a pitar, la gente vuelve a subir como puede, y reanudamos la marcha sin más incidencias.
Esto me ha hecho recordar algo sobre lo que quería escribir hace tiempo (como tantas otras cosas que tengo pendientes…) y que siempre procrastino: la gente rara que te encuentras en el tren.