Llevamos ya 2 añitos en nuestro pisito, pero hoy hemos sufrido lo que siempre habíamos temido pero no nos había pasado hasta ahora: dejarnos las llaves dentro de casa. Para evitar que esto se convierta en un drama, mi suegra tiene una copia de las llaves… pero esto no ayuda si donde has dejado las llaves es en la cerradura. Por dentro.

La cosa ha sido así: me levanto, me ducho, despierto a Salva, se ducha, desayunamos, cojo mis llaves, abro la puerta, salgo, llamo al ascensor, Salva cierra la puerta…

Mierda! Me he olvidado las llaves!

Mientras caminaba de nuevo hacia la puerta y metía la llave en la cerradura, ha pasado por mi cabeza a cámara lenta la imagen de mí misma saliendo por la puerta 2 minutos antes… viendo las llaves de Salva en la cerradura. Obviamente, mi llave no entraba completamente ni podía girarla. Desesperación. Qué hacemos?

Íbamos justos de tiempo para llegar al trabajo, así que hemos decidido irnos y ya tendríamos todo el día para pensar soluciones. La obvia, llamar a un cerrajero. Pero a cuál? Cómo buscar uno en Mataró desde Barcelona/Sant Cugat? Por internet? Estaba muuuy cabreada, porque además había quedado para comer con una amiga a la que hacía un montón que no veía y no quería cancelarlo, y Salva no sabía a qué hora podría escaparse del curro, y no me hacía gracia tener la puerta así todo el día… al fin y al cabo, no estaba cerrada con llave, y oyes muchas historias sobre ladrones que te entran en casa por la noche si no has echado la llave y te lo roban todo mientras duermes.

Cuando nos hemos separado (yo iba a los FGC y Salva seguía en Renfe hasta Sants), se me había pasado un poco el cabreo y lo he twitteado. Enseguida varios usuarios me han sugerido que antes de llamar al cerrajero, probáramos nosotros mismos a abrir la puerta. Sí, amigos, lo de abrir puertas con una tarjeta de crédito no es sólo de película. Después me han dicho que era más fácil con una radiografía que con una tarjeta de crédito, he googleado y he leído un montón de historias de gente que se ha dejado las llaves dentro y viene el conserje o un vecino y abre la puerta con una radiografía. Amazing.

Mucha tranquilidad no da saber lo fácil que es abrir tu puerta cuando no vas a poder volver hasta dentro de unas horas. Por suerte, durante el rato que he estado con mi amiga no he pensado en ello. Yo he intentado reunir objetos similares a una radiografía que nos pudieran servir (la tapa de mi libreta, un calendario de plástico del Cliente…), y quedamos con Salva en vernos a las 18h en casa e intentarlo. Si no podíamos abrir en un tiempo razonable (ninguno teníamos muchas esperanzas), llamaríamos al cerrajero. Por si acaso, Salva ya había llamado a uno que había encontrado en las Páginas Amarillas para pedirle presupuesto: 30€ por el desplazamiento del cerrajero (si llamábamos, en una hora lo tendríamos allí), y hasta 300€ dependiendo de lo que tuviera que hacer para abrirla (desde algo fácil hasta destrozar la cerradura).

Al final Salva ha llegado sobre las 17h, ha pasado por la papelería de al lado de casa, ha comprado un par de dossiers de plástico (coste: 2,5€), ha conseguido que la vecina (la casera, de hecho) le abriera la puerta de abajo (él no tenía llaves, remember?)… y durante media hora se ha peleado con la puerta. A los 10 minutos ha perdido la esperanza, ha retirado el dossier… y ha oído un clic, como si el resbalón (bonita palabra que he aprendido hoy: es esto) hubiera cedido y al retirar el dossier hubiera vuelto a su sitio. Así que ha recuperado la esperanza y ha seguido… hasta que la puerta se ha abierto. Voilà!

En ese momento yo estaba llegando a Mataró, me ha llamado y por fin he respirado tranquila, por primera vez en todo el día. En definitiva, gracias a Twitter (y yo que renegaba! :P) nos hemos gastado 2,5€ en algo que podría habernos costado 100€ o más de haber tenido que llamar al cerrajero (que hubiera hecho exactamente lo mismo pero en 2 segundos :P). Guardaremos los dossiers como recuerdo de esta anécdota que explicaremos a nuestros nietos.

Moraleja: cuando salgas de casa, cierra la puerta con llave. Cuando estés en casa, cierra la puerta con llave. Es muuuy fácil abrir una puerta que no esté cerrada con llave, independientemente de lo buena que sea la puerta (si no echas la llave, lo único que mantiene la puerta cerrada es el resbalón, que es la misma pieza sea una puerta blindada o no). Por lo que he leído, hay algunas puertas inmunes a esta técnica, pero son pocas (básicamente, las que tienen un resbalón “doble”, con un resbalón normal y otro más pequeño dentro y orientado al lado contrario, y las que tienen una goma en el marco que impide introducir nada por la ranura entre la puerta y el marco). Si tenéis a mano una radiografía a la que no le tengáis mucho cariño (porque el borde queda un poco perjudicado, aunque romperse no se rompe), probadlo. No hace falta que os dejéis las llaves dentro de casa, ni puestas en la cerradura, por si acaso xDD

Escribo esto porque hasta hoy no era consciente de lo fácil que era (imaginaba que un ladrón con experiencia sería capaz de hacerlo, pero no cualquiera y con una herramienta tan básica), y estoy segura de que a mucha gente le pasa lo mismo. De hecho, la primera solución que me ha dado Salva esta mañana ha sido “y si intentamos abrir con una tarjeta de crédito?”, y, en mi papel de cabreada con el mundo (y con él especialmente), me he burlado de él: “pero si eso sólo funciona en las películas!”.

True story.

Aquest post es va publicar el Friday, 6 de November de 2009, a les 20:02, i està arxivat a i'm blogging this! i that's life. Podeu seguir les respostes al post a través del feed RSS 2.0. També podeu deixar un comentari, o bé fer un trackback des de la vostra pàgina.