Arxius de July, 2010

Desde que vivo en Mataró, tengo por costumbre pasar por el Starbucks los viernes a pillar la comida (normalmente un sandwich y una ensalada), así llego a casa y no tengo que ponerme a cocinar. Hace unos meses, cambié esta rutina por la de comer en un japo con Toni Maquero y Malegrya (esto luego derivó en Friday&Sushi :P), y desde que @malegrya ya no puede quedar para comer, solemos quedar @tonimaquero y yo en el Starbucks. Así que en cierto modo he vuelto a comer de Starbucks los viernes, aunque en lugar de llevármelo a casa me quedo allí.

Y mola, porque a veces nos encontramos a @jorx, o a @unamito, o luego vienen Malegrya o Salva… y alguna vez nos hemos tirado ahí toda la tarde. El día que estrenábamos iPad, acabamos en Gran Vía 2 tomando un helado en la Farggi… empezamos Toni y yo buscando funda para nuestros iPads: nada en la Fnac, nada en El Corte Inglés… y si vamos a Microgestió? Pues para allá que nos fuimos, y al final nos compramos la misma funda, sin mucho convencimiento (un mes después, sigue sin convencernos a ambos, pero seguimos sin encontrar una mejor :S). Y llamaron Malegrya y @savior1980, y quedamos en Gran Vía 2… fue una tarde genial.

Este viernes pintaba diferente. Tenía que ir al dentista, y no sabía lo que me haría así que pasar por el Starbucks parecía poco factible (por otro lado, Toni está en New York, por lo que quedar con él para comer estaba descartadísimo :P). Llevaba muchísimos años sin visitar al dentista (pánico es poco), pero hace una semana me empezó a doler una muela del juicio y mi suegro (médico de cabecera) me dijo que debía visitarlo. El horror.

Salva me acompañó (aprovechó para hacerse una revisión general), y cuando estábamos en la sala de espera aparecieron… su madre y su hermano. Que al cuñao también le había empezado a doler una muela, y como el dentista es amigo de la familia, se habían apuntado a nuestra cita. Entró primero Salva (que no tenía nada), luego me llamaron a mí (Salva se quedó conmigo)… yo nerviosísima (temblaba sólo de sentarme en la silla), me hicieron una radiografía y nada, que la muela está un poco torcida, que ya no saldrá más pero que me dolerá de vez en cuando, y que quitarla o no es decisión mía (obviamente, mi decisión es no; si me duele cada poco ya veremos, si es cada mucho ni me lo planteo). Como curiosidad, al dentista le hizo gracia que tanto Salva como yo conservamos un par de muelas de leche (porque no tenemos las definitivas… algo que por lo visto es genético, así que nuestros futuros hijos tienen un 100% de posibilidades de que les pase lo mismo :P). El que no tuvo tanta suerte es el cuñao… a él sí le tienen que quitar la muela del juicio 🙁

Total, que entre unos y otros, al salir del dentista ya no me daba tiempo a volver a la oficina, así que mi suegra me dijo que me llevaba a casa (Salva sí tenía que volver al trabajo, tenía una reunión). Saliendo del parking, el cuñao dijo que podríamos ir a comer a un japonés… y a mi suegra y a mí nos faltó tiempo para decir que sí. Fuimos a uno cerca de casa al que Salva y yo somos bastante aficionados, pero del que nunca había probado el menú de mediodía… y está bastante bien, la verdad.

Luego, el cuñao tenía que ir a buscar a los abuelos a Manresa (esa noche celebrábamos su santo, que fue la semana pasada – Sant Pere – pero Salva estaba en San Diego), y me ofrecí a acompañarle. Así que fuimos a casa de los suegros, cogimos el coche del cuñao y cap a Manresa. Pere me decía que como recompensa, me invitaría a un Starbucks (sabe que me encanta, aunque él no acaba de entenderlo… no lo ha probado nunca)… y yo dije “el de La Roca?” Dicho y hecho, paramos en el Starbucks de La Roca (está de camino), él probó el dulce de leche cheesecake (best cake ever!), y yo disfruté de un frappuccino de caramelo. Nyam! La tarta le encantó, lástima que no quiso probar el frappucino (la muela le dolía mucho con lo frío).

Después llegamos a Manresa, recogimos a los abuelos, nos chupamos un caravanón de vuelta (viernes, verano, dirección a la Costa Brava… mala combinación :P), llegamos a Mataró y Pere nos dejó a los tres (los abuelos tienen un piso en Mataró, muy cerca de donde vivimos Salva y yo). Y por la noche, Salva y yo les llevamos a casa de los suegros, donde celebramos Sant Cuñao con toda la familia. Yo acabé molida, pero me lo pasé genial.

Total, que empecé el día con pánico y acabé en Manresa, pasando por un Starbucks… me encantan los viernes imprevisibles! Me acordé mucho de otro viernes que también acabé haciendo tonterías con Salva (hace ya 4 años de eso? :S).

Ya hace un mes que Blackbird está en nuestras vidas, así que puedo hacer una review en condiciones. Empezaré por explicar lo malo: sólo tenemos uno para los dos, así que Salva y yo nos peleamos por el juguete. De hecho, esta semana Salva ha estado en San Diego (le odio!), y no he encontrado una excusa convincente para que no se lo llevara.

Ahora en serio, empecemos por el principio. Puede que el iPad sea un iPod Touch grande (si sólo te fijas en que tienen el mismo sistema operativo y en que uno tiene la pantalla 3 veces más grande la frase es cierta, pero me parece de corto de miras limitar la comparativa a esos dos aspectos… es igual de simplista que medir un ordenador por sus componentes), pero eso no significa que puedas hacer lo mismo que en un Touch/iPhone. El Touch (para mí Touch y iPhone son equivalentes, pero dado que mi iPad es WiFi lo compararé con el iPod, que se le parece más) cabe en el bolsillo; el iPad no. En la pantalla del Touch cabe un minipiano bastante incómodo; en la del iPad cabe un piano bastante decente. En el Touch puedes ver series y películas; en el iPad puedes ver series y películas. En la pantalla del Touch tienes que andar ampliando las webs para leerlas; en la del iPad no. Si seguís pensando que es un iPod Touch grande, ya podéis dejar de leer.

Cuando Apple presentó el iPad, lo situó en medio de dos gamas: el iPhone/iPod Touch y los MacBooks. Y una cosa que se me quedó grabada de la keynote es que la intención al meter este producto en medio es que fuera mucho mejor que las otras dos gamas en unas tareas determinadas. En qué es mejor el iPad que el Touch ya lo he dicho, pero en qué es mejor el iPad que un portátil? Para empezar es más ligero. Además, el sistema operativo es mucho más sencillo de usar, y sobre todo más natural (no hay ratón ni puntero entre el usuario y el sistema, sólo los dedos). Para navegar, mirar el correo y twittear cumple más que de sobras (flash aparte :P). Cuánta gente conocéis que tiene un portátil para navegar, mirar el correo y twittear? Yo mi iMac lo utilizo para poco más que eso (aunque no sabría vivir sin un ordenador). Alguno dirá que para eso también sirve un netbook, y que también más ligero que un MacBook. Bueno, pues el que prefiera un netbook que se lo compre, pero para mí no es lo mismo.

Además (y esto ya es algo muy personal), nunca me ha atraído la idea de tener dos ordenadores. En casa siempre hubo un sobremesa, y cuando me fui a Aachen compramos un portátil por motivos obvios, pero desde entonces dejé de usar el sobremesa (incluso cuando volví, aunque los dos ordenadores eran de casa, sólo usaba el portátil… hasta que Salva me dejó el PowerMacG4 :P). No me gusta tener que mantener información sincronizada entre dos equipos (y ahora en el trabajo me toca hacerlo, ya que tengo un ordenador en la oficina y otro en el Cliente), o desconocer dónde tengo qué. Por eso para mí el iPad es perfecto, porque en cuanto a contenido es un esclavo del ordenador principal, el iMac, y el mismo iTunes es el que hace el trabajo de sincronización.

En fin, ahora que ya he soltado la parrafada fanboy, vamos por cosas más concretas que molan y que no del iPad.

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