Este año, Martina me pidió un pastís de xocolata i nata. Que me dejó completamente chafada porque no hay manera de convertir eso en algo bonito! Estuve dándole vueltas varias semanas: me planteé un mirror glaze cake (pastel cubierto de un chocolate tan brillante que refleja; no lo he hecho nunca pero lo tengo en mi lista de pendientes, tiene que ser chulo) pero logísticamente no me encajaba, luego encontré este, que además de cumplir las 2 peticiones de Martina, enlazaba con nuestro reciente viaje a Chicago (la receta es de una antigua pastelería de allí)… incluso llegué a comprar el agar agar para estabilizar la nata montada. Pero seguía sin convencerme, a nivel estético era bastante meh.
Hasta que Cris (aka Pin, la madre de Martina) me dijo que la fiesta iba a ser de unicornios… oh my gods, the inspiration cometh! Lo obvio era tirar de arco iris, pero googleé un poco y descubrí el Unicorn Cake de Cupcake Jemma. Y me enamoré.