Se acabaron las vacaciones, ayer ya volví al trabajo, y aunque todavía no somos muchos en la oficina (hoy éramos 11 en toda la empresa y 6 en mi departamento!) y no hay mucha faena (se nota que los clientes también están de vacaciones), con lo que se respira tranquilidad (lo peor es que no tengo muchas cosas pendientes de leer y la blogosfera todavía está de vacaciones :P), es un rollo volver a madrugar. Pero hay que hacerse a la idea de que queda un añito para volver a descansar 2 semanas seguidas. Este año por lo menos me quedan bastantes días de vacaciones, con lo que espero poder hacer puentes y acueductos lo que queda de año! Por cierto, la foto la hice ayer (tiene una calidad horrorosa, está hecha con el móvil que es lo que tenía más a mano; para que luego critiquen la calidad de las fotos del iPhone!): vale que estemos en agosto, pero es necesario que el metro tarde 8 minutos en pasar?
Desde que hice el pre-switch, no son pocas las veces que en el trabajo he pulsado Alt+H para esconder una aplicación, o F11 para mostrar el escritorio… y porque en el PC del trabajo tengo instalado Launchy, que intenta ser como Quicksilver, porque si no más de una vez le daría a Alt+Space sin obtener nada a cambio. Esquizofrenia sistemaoperativística (toma palabro!), supongo. Pero es que después de 2 semanas usando Mac OS X en exclusiva y de 3 días intensivos con el iMac, llego al trabajo y la pantalla de 17″ me parece pequeña, el sistema tarda horrores en arrancar (y es un Core 2 Duo!), el teclado hace demasiado ruido (además, contrasta con el silencio que reina en la oficina)… y no os podéis imaginar la de veces que he apretado los laterales del ratón para cambiar de ventana. El Mighty me ha poseído!
Y cómo gasté mi último día de vacaciones? En el cine viendo Los 4 petardos y el surfero plateado. Mi opinión sobre la película queda bastante clara, no? Y mira que la primera me gustó (el verbo gustar en este caso es sinónimo de entretener, no quiero decir con ello que fuera una obra maestra pero me hizo pasar un buen rato), pero esta tiene un humor facilísimo (el “es la hora de…” está sobreexplotado), un argumento flojillo (y absurdo por momentos, todavía no entiendo lo de la novia del surfero y cuál es exactamente su trabajo) y un desarrollo totalmente previsible (y a veces incoherente, [ATENCIÓN SPOILER] representa que durante toda la peli cada vez que alguien toca a Johnny se intercambia los poderes con él; pero al final, para separar al surfero de la tabla el tío toca a los otros 3 y se va… con los 4 poderes! Nadie se queda el del fuego? [FIN SPOILER]).
De todas maneras, me gustan más los superhéroes con identidad secreta, que tienen conflictos interiores entre su yo superhéroe y su yo persona y problemas para conciliar ambas vidas y que nadie les descubra, que los que salen en la crónica social, todo el mundo sabe quiénes son y van de estrellas por la vida. Quizás la primera me entretuvo más porque estaban descubriendo sus poderes, pero en esta segunda parte empiezan firmando autógrafos!
Lo único a destacar positivamente son las localizaciones, ya que algunas de ellas tienen especial significado para mí: Nueva York, una ciudad de la que estoy enamorada y a la que iría cada año si pudiera; Londres, que también me encanta, para mí es el Nueva York europeo (sale más barato que Nueva York :P), he ido varias veces y es posible que este año volvamos; y la Selva Negra, en Alemania, un país bastante importante en mi vida, y casualmente cuando vivía allí hicimos un viaje por esa zona.
Y a destacar negativamente, además de la peli en sí, que en los cines de La Maquinista no tuvieran Sprite, y me tuviera que conformar con un agua tibia y pedir 4 veces un vaso con hielo para que al final me dieran uno pequeñito y con 4 hielos que me duraron la mitad de la peli. Es que los señores de Kobol me hicieron rarita, y no me gusta ni la Cocacola, ni la Fanta; la única bebida gaseosa que me gusta es el Sprite (eso sí, no soy quisquillosa, 7Up también me vale), lo cual deja poca opción a planes B si éste se acaba o en el establecimiento no lo tienen (como en los Pans & Company). Además, el agua me gusta muy fría, tibia no la soporto (la bebo de la nevera todo el año).
Tuesday, 21 de August de 2007, a les 22:26
Pues a mí Los 4 fantásticos me gustó (usando el verbo gustar en el mismo sentido que tú) más que la primera, la cual me aburrió soberanamente y quité a la mitad.
Es malísima, pero lo bueno que tiene es que es corta, muy corta. Aún así, sí, te doy la razón, es flojísima y merece ser olvidada, pero es que con peliculones como Batman (las dos primeras y Batman Begins), V for Vendetta o X-Men pues es difícil. Pero vamos, que ni a la suela de los zapatos.
Saludos
Tuesday, 21 de August de 2007, a les 23:06
Bueno, yo tengo la teoría de que este tipo de películas “malas pero entretenidas”, el que te “guste” o no depende más de la actitud con que vayas a verlas que con la peli en sí (aunque también hay bodrios infumables, vayas con la actitud que vayas :P). Yo ayer no debía estar muy predispuesta (el incidente del Sprite me puso de mala leche, y que abrieran las puertas de la sala sin avisarlo en los paneles luminosos también)…
Batman Begins me parece una de las mejores pelis de superhéroes que se han hecho últimamente. V for Vendetta no me gustó demasiado, pero tampoco había leído el cómic ni tenía background de la historia. X-Men no la he visto…
salu2
Monday, 17 de September de 2007, a les 0:56
[…] sé por qué me ha gustado más ésta que Los 4 Fantásticos, son 2 pelis de acción sin ningún argumento, supongo que mientras La Jungla no lo esconde y […]