Arxius de September, 2008

Mi madre es una estupenda cocinera, creo que ya lo he dicho alguna vez por aquí. Con la comida del día a día, supongo que cada uno prefiere las cosas de la manera que siempre las ha comido en su casa, pero mi madre es un as de los postres. En mi casa nunca se ha comprado helado en el súper, los hacía ella. Y pasteles de cumpleaños, y pasteles con cualquier otra excusa, y galletas, y magdalenas, y croissants, y…

Yo pensaba que no había heredado esa afición, en parte porque como ella los hace tan bien, parecía difícil superarla, y en parte porque como a ella le encanta cocinar, yo me ahorraba el trabajo (aunque más de una vez le hecho de pinche, eh?). Pero cuando invité a mis amigos de la Universidad a cenar a casa, se me ocurrió preparar un pastel, para no ofrecer el típico postre comprado, así que le pedí a mi madre una receta facilita, y salió el pastel de queso (con su momento de pánico incluido porque mi horno es una mierda y la masa tardó en subir tres veces más de lo indicado en la receta… luego he descubierto que le pasa sólo con ese pastel, que no lleva apenas harina, con el resto respeta los tiempos).

Desde entonces, de vez en cuando cuando voy a casa de mis padres le pido a mi madre alguna receta facilita, para ocasiones especiales (por ejemplo cuando vinieron mis padres y los de Salva a cenar a casa les hice el bizcocho de plátano). Mi madre saca una de sus libretas de recetas (la que pone “Bizcochos y galletas”), con su letra ilegible y su total ausencia de signos de puntuación (es entrañable), buscamos algo que me llame y yo me apunto la receta a mi manera.

Pero últimamente no necesito ocasiones especiales, hay días en que simplemente me apetece preparar algo. Es más, cocinar me relaja porque hace que durante un rato me olvide de otras cosas y me concentre en que aquello me salga bien.

El martes mis padres estuvieron en Barcelona (de momento siguen viviendo en Cunit, creo que la semana que viene ya volverán a establecerse en Barna) y aproveché para ir a verles, yo estaba agobiadísima por el trabajo (principalmente por esto, pero el martes se juntaron otras cosas) y me desahogué cuanto pude, ellos aguantaron el chaparrón e intentaron animarme, y cuando estaba a punto de irme, me acordé de la libreta y pensé que me iría bien preparar un pastel para relajarme (como ayer era festivo en Barcelona tendría tiempo de prepararlo). Mi madre me sugirió un pastel de manzana y yo todavía no entiendo cómo, con lo que me gustan las manzanas, todavía no había preparado ninguno, así que lo apunté rapidito, y ale, ayer tocaba fotoreceta nueva.

Pastel de manzaaaaana!

Aitor, no sufras, que Eva Arguiñano siempre dice que los postres caseros no engordan 😉

En este piso no porque como decía, el horno es una mierda (venía en el paquete), pero en nuestro futuro piso 2.0 (tranquilos, de momento ni existe :P) pienso poner una cocina como Jobs manda, con su buen horno (cómo me pone la pirólisis! :P), su vitrocerámica decente, su gran encimera… y pienso volver a hacer galletas y atreverme con más cosas… Por cierto, de la cocina diaria se encarga el vecino, que es un artista! (en el trabajo todos me envidian porque aunque me he independizado, me siguen preparando la comida del tupper… ains, qué mono es mi niño!)

Fact #1: me encanta mi trabajo. En mi empresa hay varios departamentos, y me encanta el tipo de trabajo que hacemos en Ingeniería. En los proyectos que hacemos en Ingeniería, suele haber 2 fases: ayudar al cliente a elegir un proveedor (lo que puede implicar redactar pliegos y realizar comparativas de ofertas recibidas) y ayudar al cliente a implantar la solución (es decir, dirigimos al proveedor en la implantación). Hasta ahora lo que he hecho era más de esto último, que me encanta, porque es donde realmente tocas lo que hasta entonces sólo existía en papel, es donde se hace más real. Desde principios de septiembre estoy con un proyecto en primera fase (hay que redactar un proyecto ejecutivo), que si bien a priori no me parece tan atractivo, también me parece interesante por lo que puedo aprender.

Fact #2: el jueves pasado era la Diada, festivo aquí en Catalunya, y yo me pillé el viernes de puente (no hicimos nada especial, pero sí descansar mucho). Así que el miércoles fue para mí el último día laboral de la semana… y además, era el último día de jornada intensiva (hasta las 15h).

Fact #3: el miércoles, a las 14:55h, viene mi gerente y me pregunta si antes de irme podré hablar con él 5 minutos. Le digo que sí, ahora mismo (no sé cuándo esperaba que tuviera 5 minutos, a las 16h???), y nos vamos a la sala de reuniones, con mi jefa. Me dicen que “entra un proyecto nuevo”. Yo al principio me emociono pensando que puede ser algo interesante, pero me dura poco. Se trata de un antiguo cliente (les llevamos la implantación de ToIP, en un proyecto que duró 2 años y en el que yo participé en el segundo, que fue mi primer año en la empresa; en el último año hemos hecho algunas cosas más con ellos) que necesita un gestor personal (es otro de los servicios que ofrece mi empresa, uno de los departamentos menos atractivos para mí; se trata de, en un proyecto en mantenimiento, ayudar al cliente a perseguir al proveedor para solucionar incidencias, realizar cambios de configuración, etc.), y como no hay gente del departamento de gestión disponible (últimamente han entrado 2 chicos nuevos, uno ya lo tienen colocado pero al otro le ven muy verde como para soltarlo en un cliente) y yo conozco al cliente… toma marrón! Me dicen que tendré que estar ahí media jornada y que por la tarde iré a la oficina y seguiré con el nuevo proyecto (el de PoloFresa de momento se lo queda mi jefa, así que de momento no habrá más crónicas :P), pero en 2 horas y media que dura la tarde no da tiempo a nada (hoy lo he comprobado). Me dicen que empiezo el lunes (un poco más y el mismo lunes me dan la noticia!) y que la idea es que no esté ahí más de 6 meses. 6 meses!!! Mi gerente me ve la cara y me dice que me lo mire por el lado positivo, entraré una hora más tarde (a las 9h). Sinceramente, prefiero levantarme a las 5:45h. Algo que agradezco es que ellos tampoco están muy contentos por tener que prescindir de mí por la mañana, pero eso a mí no me quita la rabia.

Fact #4: el lunes en principio voy a la oficina, y por la tarde vamos mi jefa y yo a hablar con el responsable del cliente (RC) para coordinar mi incorporación y tareas. Me enchufan un portátil que pesa más que un muerto, pero el RC se ofrece a ponerme un ordenador de sobremesa. A día de hoy sigo cargando el portátil (tengo la espalda destrozada), porque aunque hay PC en mi puesto de trabajo, nadie me ha dado un usuario y contraseña. Ayer el RC estaba fuera, y en teoría debía encargarse de mí uno de sus subordinados, pero éste no me dijo hola ni cuando me lo crucé en la entrada mientras él se tomaba su café, ni cuando entró en la sala estando yo ya sentada en mi sitio, y cuando fui a preguntarle si ya estaba el PC listo me contestó súper borde que no, pero que ya lo había pedido. Hoy por suerte ya estaba RC, que aunque no trabaja en la sala ha venido a preguntarme qué tal, si necesitaba algo (le he recordado lo del PC, pero el borde ha dicho que hoy me daban los datos de acceso…).

Fact #5: el martes llego a la oficina y veo que el gerente ha enviado un correo a todo el departamento (imagino que los demás gerentes también habrán informado a sus departamentos), informando que el lunes viene un inspector para la ISO y que limpiemos nuestras mesas de papeles, todo debe estar archivado correctamente. Lo cual significa que tengo 7 horas y media (tardes del martes, miércoles y jueves, porque el viernes ya no paso por la oficina!) para limpiar el horror que es mi mesa. Ayer se me fue la tarde buscando archivos que necesitaba para esta mañana (que copié en mi fiel iPod Photo, porque no es plan de tener información de mi empresa en un PC ajeno, pero la empresa no me pondrá un disco duro portátil, no), hoy tocaba avanzar en el proyecto nuevo de Ingeniería y mañana… mañana espero que me dé tiempo!

Conclusiones: no sé qué pinto yo de gestora personal; ni me gusta, ni me motiva, ni veo que pueda aprender, sólo sé que me quita tiempo de hacer lo que realmente me gusta, y también de hacer vida oficinil… las cuatro horas de la mañana pasan a cámara lenta, mientras que las 2 y media de la tarde vuelan, literalmente. Por algo será.

Addendum: lo de imprevistos previsibles es tanto por el marrón que masticaré los próximos meses, ya que me he enterado extraoficialmente de que habían prometido al cliente tener un gestor el 1 de septiembre (así que decírselo al implicado a las 14:55h del 10 de septiembre me parece poco previsor… y sé que no es culpa de mi gerente ni mi jefa, que se enteraron el mismo día por la mañana), como por lo de la ISO, porque es algo que llevan tiempo preparando (no podían habernos avisado antes de la inspección?).

En un comentario de la entrada del Chumby, Jesús me ha pedido una review de la Roomba. Al principio he pensado “pero si ya escribí sobre la Roomba cuando la compramos!”, pero aunque mi opinión no ha cambiado en los 7 meses que hace que la tenemos (sigue siendo mi mascota preferida), creo que es bueno hacer una pequeña lista de pros y contras, por si alguien se plantea comprarla y no se acaba de decidir.

Cosas que molan:

  • Aspira la casa sola. Creo que este punto por sí sólo ya hace que merezca la pena 😛
  • El grado de limpieza es muy bueno. Como mucho, si el depósito está lleno, te deja la típica pelusilla enorme en medio del pasillo, pero es cogerla y ya está, no te la deja esparcida. En cuanto a las esquinas, tiene un cepillo más pequeño que barre la mierda, quitándola de las esquinas para que el cuerpo de la Roomba pueda aspiarla a su paso.

Cosas que no molan:

  • Hace bastante ruido. Cerrando la puerta ya no se oye tanto, pero hay que tenerlo en cuenta para planificar la limpieza (por ejemplo, nosotros que no tenemos puerta entre la cocina y el comedor, no podemos ponerla a aspirar la cocina mientras vemos una peli :P).
  • El depósito es bastante pequeño. Depende de la suciedad acumulada, no nos da ni para aspirar todo el piso (55m2) una vez. Nosotros hemos tomado por costumbre vaciarlo después de cada sesión de limpieza (en cada sesión la ponemos por un trozo del piso). Además, de vez en cuando hay que limpiar de pelusilla los rodillos, cosa que da algo de asco 😛
  • Hay que retirarle los obstáculos antes de ponerla. No es imprescindible (lleva un parachoques para no hacerse daño al chocarse), pero si quieres que limpie bien por todos los rincones, es mejor quitar los objetos con patas si la Roomba no cabe por debajo, los objetos al lado de la pared para que limpie bien ese trozo, etc.

Me han salido más cons que pros, pero teniendo en cuenta que las cosas malas también son aplicables a una aspiradora convencional, y que la principal ventaja (el que te libere de tener que aspirar tú la casa) es su mayor baza, la cosa queda más equilibrada. Yo estoy encantada con ella!

También había puesto como contra que no sabía si sería fácil encontrar recambios de filtro y cepillo para las esquinas (la Roomba te viene con un recambio de cada), pero acabo de ver que en la tienda del distribuidor en España tienen todo esto. El tema de la batería no lo he puesto en la lista porque realmente no la hemos puesto a prueba. Baste decir que se llena el depósito antes de agotarse la batería, así que no es un problema.

Actualmente en España se venden 2 modelos de Roomba (serie 5): el 530 y el 560. Lo único que tiene la 560 que no tenga el modelo inferior (100€ más barato) es que es programable y compatible con los faros (paredes virtuales que guían a la Roomba de habitación en habitación y luego la guían de nuevo hacia la base). Yo creo sinceramente que no vale la pena comprarse la 560, a menos que tengas un minipiso que se pueda limpiar de una sola vez.

Por cierto, al visitar la página del distribuidor he visto que a finales de año estará disponible en Europa la Scooba 385, el robot fregona de iRobot. No creo que la compre, para mí fregar es una tarea menos pesada que pasar la aspiradora, pero me gusta que empiecen a verse este tipo de cosas por aquí.