Cuando Aitor y Leire estuvieron en Barcelona en febrero, el Comando Catalán (Toni, Cris, Salva y yo) ya empezamos a pensar fechas para devolverles la visita (y celebrar la segunda edición de la Bilbo Wasabi). La primera que nos cuadró a todos fue el fin de semana del 23 de abril, así que a finales de febrero compramos los billetes.

Por otro lado, en un Friday&Sushi (tengo que hablar de esto algún día… en resumen, el Comando Catalán pretendemos visitar todos los japos de Barcelona, uno por semana) a principios de abril, Toni cometió el error de traerse el MacBook. Después del japo, fuimos al Starbucks, empezamos a hablar del iPad (que saldría a finales de abril), de lo guay que sería comprarlo en una Apple Store, recordamos que Samuel estaría en París a principios de mayo por trabajo… y sin darnos cuenta Toni ya había sacado el MB y estaba mirando vuelos a París. Nos engañó, nosotros no queríamos! 😛

Y así quedó todo, iríamos a Bilbao en abril, a París dos semanas más tarde, veríamos a Samuel (que para vivir a 300km de nosotros, últimamente quedamos en el extranjero: Londres en fin de año, París en mayo… dónde será la próxima?), tacharíamos una nueva Apple Store de nuestra lista y nos traeríamos un iPad bajo el brazo. Un plan perfecto.

Pero no tardaría en desmoronarse todo.

Primero Apple nos quitó el sueño del iPad, el nazi de Steve Jobs decidió que no daban abasto con las ventas en USA y que en lugar de lanzarlo en Europa a finales de abril, lo lanzarían a finales de mayo. No era el objetivo principal del viaje, pero la cara de tontos que se nos quedó cuando salió la noticia no nos la quita nadie.

Y sin dejarnos respirar, de repente un volcán islandés de nombre impronunciable se puso a escupir ceniza. Durante una semana entera paralizó el tráfico aéreo de toda Europa. El caos empezó el 15 de abril, pillando por completo a Alexliam en Londres (cuya vuelta fue toda una odisea) y jodiéndole el viaje (también a Londres) a Pepe Ortuño (aunque al menos él no sufrió ninguna odisea otra odisea diferente… que no quiero que me desajunte! :P). El 22 seguían cancelándose vuelos, aunque más por el norte y centro de Europa, en España la cosa ya estaba más normalizada… pero no las teníamos todas de poder volar a Bilbao.

Afortunadamente, el 23 amaneció despejado, sin nubes de ceniza a la vista, y nos fuimos de pintxos a Bilbao. Bueno, de pintxos, txuletón, japonés (expandiendo las fronteras del Friday&Sushi), Starboacks, helado (el talón de aquiles de Miky!)… un fin de semana genial. Muchas gracias a Aitor y Leire por llevarnos a sitios majos, y a Basajaun, Aketza y Miky por venir también 🙂

Al volver de Bilbao el caos del volcán parecía haber quedado atrás… muy felices nos las prometíamos, cuando a principios de esta semana empezó a haber signos de una nueva nube de ceniza… según @eurocontrol no tenía pinta de llegar al nivel de la última, pero que cierren aeropuertos de UK e Irlanda ya te pone el mal rollo en el cuerpo. Pero el viernes por la noche, antes de ir a dormir, todo estaba bien.

El sábado 8 madrugamos infinitamente para coger un avión hacia Charles de Gaulle que despegaba a las 7:40h de El Prat. Una vez sentados en el avión, y justo antes de apagar el móvil y decirle adiós al 3G, Salva me enseña este tweet de @wicho:

Pánico en el cuerpo. Estamos en el avión, ya no hay vuelta atrás. Y si no volvemos? Los demás estaban felices, “vacaciones en París!!!”, pero yo, entre el cansamiento y el dolor de cabeza lo veía todo negro. Al final, decidimos que no pensaríamos en ello hasta el domingo, el sábado tocaba disfrutar el día.

Una vez en París, entre pitos y flautas salimos del hotel (ya sin las maletas) sobre las 12h, y nos dirigimos al punto de encuentro con Samuel: la Apple Store del Louvre. Allí el chico se había montado su oficina desde primera hora de la mañana, haciendo posts para Applesfera y mirando cómo evolucionaba la situación de la nube (haciendo un @alexliam xDD). Porque se suponía que él se iba esa misma tarde (tenía 2 vuelos, uno a Barcelona, y otro directo a Zaragoza que le había salido muy barato), pero su vuelo a Zaragoza ya había sido cancelado: el aeropuerto estaba cerrado. Lo que a mí me extrañaba es que estuviera afectando a España y no al norte de Europa, pero por lo que se ve esta vez el viento hizo que la nube tuviera una trayectoria curva que se saltó Francia y vino directamente a por nosotros.

Como no había nada que pudiéramos hacer hasta más tarde y el hambre apremiaba, nos fuimos a comer… encontramos un japo bastante bueno, y no nos lo pensamos dos veces (Friday&Sushi internacional!). Después, cómo no, nos fuimos al Starbucks (también dentro del centro comercial del Louvre), donde Samuel se llevó el sustaco de su vida al descubrir que no llevaba la cartera encima. Corrió al japo por si se la había dejado allí, y mientras nosotros especulando si la pija con la que se había chocado en el camino al Starbucks en realidad era una carterista que había aprovechado ese momento. Por suerte, nuestra hipótesis era incorrecta y el feliz de Samuel se la había dejado encima de la barra del japo al ir a pagar, y nada más le vieron entrar por la puerta se la devolvieron.

De vuelta en la Apple Store, las noticias no eran nada buenas: sobre las 15:30h cerraban El Prat. Y aunque se esperaba poder reabrirlo a las 18h, nadie sabía nada. En ese momento lo de Alexliam ya no nos parecía una anécdota graciosa que explicar a los nietos, y Samuel se puso a buscar alternativas en tren para llegar a Madrid o Barcelona. Pero a las 16:30h su vuelo seguía sin estar cancelado, así que se fue hacia el aeropuerto a probar suerte. Y nosotros, al hotel a meter las maletas en la habitación (por la mañana no estaba disponible) y descansar un rato.

A las 17:30h salimos del hotel para empezar a ver París de verdad. Nos encontramos un Street Invader (de momento sin foto, que yo con mi iPhone no pude hacer y Salva todavía no la ha procesado/subido), lo cual siempre está bien, cogimos el metro, salimos en la Place Concorde y… estaba lloviendo. Lo que nos faltaba. A comprar paraguas en los puestos de souvenirs (lo mío tiene traca, llevaba paraguas pero como hacía tan buen tiempo lo dejé en el hotel) y a pasear por los Champs Elysées bajo la lluvia. Genial.

En todo el camino desde la Place Concorde hasta el Arc de Triomphe, nos llovió a ratos. Llegamos al arco, hicimos 4 fotos y nos metimos en un McDonalds a tomar algo y ver si encontrábamos un restaurante para cenar fondue cerca de la Tour Eiffel (nota: los McDonalds de París tienen WiFi gratis). Misión imposible, al final lo dejamos estar. Al salir, ya empezaba a anochecer, y el Arco de Triunfo iluminado estaba bastante chulo. Cogimos el metro, y al llegar a la Torre Eiffel ya era casi de noche, así que la vimos iluminada.

Por entonces caían gotas, lo cual era un engorro para las cámaras, pero no para pasear. Pero al alejarnos de la Torre Eiffel para hacerle fotos empezó a darle más fuerte, y el camino desde allí hasta la zona de l’Ecóle Militaire (donde por fin pudimos sentarnos a cenar) fue lo peor del viaje. Pero entramos en un restaurante llamado La Terrasse donde en tooooodas las mesas había sofás. WIN total. Y pudimos probar la Croque Madame (una especie de bikini con bechamel, queso y un huevo frito por encima (sin el huevo sería una Croque Monsieur), y el steak tartar francés (muy rico!). Y además tenían cócteles! Cris y yo nos tomamos una caipirinha, Salva un margarita y Toni un cóctel para niños sin alcohol (lo que hay que hacer para que blojers de pro te ajunten :P).

Y de ahí al hotel, que estábamos reventados. Al volver, después de toda la tarde sin WiFi, nos enteramos de que Barcelona acababa de abrir, no era una mala noticia pero las previsiones decían que la nube venía precisamente hacia París :S Pero esta mañana hemos hecho un último repaso a las noticias y hemos visto que todo estaba en orden, así que nos hemos ido a ver el Centro Pompidou y la catedral de Notre-Dame (pasando por desayunar en un McDonalds Café en el que nos han atendido… en catalán!), y a las 12h hemos vuelto al hotel a por las maletas y hacia el Charles de Gaulle! Y sobre las 19h por fin llegábamos a casa. Y de momento, por aquí nos quedaremos, que volar últimamente es un deporte de alto riesgo. Toni, prohibido traerte el MB a un Friday&Sushi!

Cuando haya subido alguna foto (de momento sólo hay una de El Prat, antes de irnos :P) ya enlazaré el álbum de Flickr.

Antes de acabar, quería comentar que, igual que pasó con la nevada de Barcelona, Twitter ha sido mi principal fuente de información sobre las cenizas, el espacio aéreo y el estado de los vuelos. Sobre todo las cuentas @eurocontrol (esta chica), @controladores (controladores aéreos españoles) y @ashalerts (noticias sobre el volcán específicamente, aunque en esta segunda crisis no ha ayudado mucho), todos sacados de la lista Cenizas de @wicho, pero también en el caso de Bilbao ayudó tener a @Spanair (compañía con la que volábamos) para conocer en todo momento la lista de vuelos cancelados actualizada (y además de preocuparse por sus propios vuelos, está haciendo una buena cobertura genérica). En cambio en el caso de París estábamos más a oscuras en Twitter, ya que Air France no tiene (al menos, que yo sepa).

También quiero destacar lo importante que es internet en estos casos. Mis padres también estaban de viaje (por el centro de Europa), volvían hoy y se enteraron del tema ayer por la noche de casualidad (yo les envié un SMS por la tarde, pero resulta que se habían dejado el móvil en Barcelona :S). Nosotros nos enteramos de todo casi en tiempo real (casi, porque en el extranjero no tienes una tarifa de datos que te acompañe en todo momento, dependes de conexiones WiFi). Por eso estoy decidida a priorizar mucho el parámetro “WiFi gratis” cada vez que busque un hotel fuera de España (más que hasta ahora, que ya lo valoraba bastante). Cuando desde Japón me conectaba diariamente desde el Edoya y twitteaba, subía fotos y contestaba mails, algunos de mis amigos flipaban con que estando de vacaciones a miles de kilómetros estuviera perdiendo el tiempo en internet. Pero es muy útil, tanto para ocio (Twitter) como para informarse (#ashtag) y planificar el día a día del viaje (Google Maps). En este viaje nuestro hotel (Villa Opéra Lamartine) no era naaada recomendable (el recepcionista era gilipollas profundo, me dio una tarjeta magnética que abría otra habitación, pero la llave “normal” que la acompañaba abría la mía, no sabía ni cómo funcionaba la WiFi… agh), pero por lo menos tenía WiFi 🙂

Aquest post es va publicar el Sunday, 9 de May de 2010, a les 23:16, i està arxivat a blogs, i'm blogging this! i reflexions i that's life. Podeu seguir les respostes al post a través del feed RSS 2.0. També podeu deixar un comentari, o bé fer un trackback des de la vostra pàgina.