Entre este tweet y este otro han pasado exactamente 4 semanas (en el tweet de esta tarde he contado mal, son 5 semanas distintas pero entre el primer día y el último sólo han pasado 4 :P). 28 días en los que he visto los 106 capítulos de Bones emitidos hasta ahora. 5 temporadas que he devorado con una obsesión un poco enfermiza, para qué nos vamos a engañar. Pero es que cuando me obsesiono con algo, lo hago de verdad (os he dicho que hace poco comí 27 piezas de sushi en un día? :P).

Bones no es una serie muy profunda, de grandes dilemas o con grandes pretensiones. Básicamente es un procedimental (serie de caso de la semana), con dos protagonistas (hombre y mujer) entre los que hay TSNR. Pero antes de verla ya había decidido que me gustaría, por dos razones: la TSNR entre Brennan y Booth está llevada de manera parecida a la de Mulder y Scully en Expediente X (una amistad que va más allá del amor, creen en cosas absolutamente diferentes – aunque en este caso es él el religioso, ella es 100% racional y científica – pero aún así morirían por el otro) y la protagonista tiene Asperger (al menos, algunos síntomas). Y después de verla, estas dos razones siguen siendo fundamentales, pero por supuesto hay muchas más por las que adoro la serie: Zack y sus aún más limitadas aptitudes sociales, Angela y su sweetie, Hodgins y sus teorías conspiranoicas, los experimentos de Zack y Hodgins y su eterna disputa por ser king of the lab, los internos rotativos cada uno más loco que el anterior, los desplantes de Brennan y Booth al jovencito Sweets, Caroline y su cherie… podría no parar nunca, pero mejor os dejo que lo descubráis vosotros mismos.

Si ya sabía que me gustaría antes de empezar a verla, por qué tardé 5 temporadas en ponerme a ello? Pues por falta de tiempo, la verdad. Pero este verano, después de un par de días con escasez de contenidos en el iPad, me puse a buscar en mi disco duro de series algo en la carpeta “Para empezar”. Y ahí tenía las dos primeras temporadas de Bones, así que las eché a HandBrake y a convertir.

[Disclaimer: voy a repasar las 5 temporadas y comentar los capítulos que más me han gustado, así que aunque no pretendo revelar nada concreto, si eres muy alérgico a los spoilers aunque sean genéricos igual no te interesa seguir leyendo…]

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Este fin de semana han estado unos cuantos amigos y conocidos por Barcelona. Entre la CampusMac y las visitas espontáneas (ay qué majos los mañicos, que vienen a vernos!!!) nos hemos reunido unos cuantos y nos lo hemos pasado genial.

Salva y yo empezamos el sábado madrugando para hacer cola en la tienda Vodafone de Diagonal para que él se comprara un iPhone 4 (le habían dicho que el sábado les llegaba stock). Nos levantamos a las 7:30h, llegamos allí a las 8:30h (justo a la hora a la que abren el Starbucks de al lado :P), desayunamos tranquilamente… yo estaba tranquila con mi iPad, buscando vuelos (un día hablaré de mi pasión por Trabber y por Numbers para iPad), él no se podía estar quieto, iba cada poco a la tienda a ver si ya había alguien en la cola (no hubo nadie hasta las 10h), cuando a las 10h le dijeron que no tenían iPhones dejó su número de móvil por si les llegaban a lo largo de la mañana, y siguió paseando: a una tienda Movistar cercana a ver si le arreglaban lo de los puntos, hasta la Fnac, El Corte Inglés… tuvo una mañanita movidita, vamos.

Después de más de 4 horas aparecieron Toni Maquero, Malegrya y Sopmacsl. Nos tomamos algo y cambiamos la zona alta de Barcelona por el barrio de Gràcia, donde nos esperaba el Kibuka. Uno de mis japoneses favoritos de Barcelona (en breve, reseña en Friday&Sushi… verdad Toni? :P), al que fuimos Salva, Samuel y yo el año pasado al acabar la CampusMac (Toni y Cris iban a venir, pero Toni se encontró mal), y Toni se quedó con la espina y propuso ir. Great!

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