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En mi familia nunca se ha celebrado el santo. Sí es cierto que mi madre estuvo a punto de llamarse Ana por nacer el día de Santa Ana (26 de julio), esto es algo que se estilaba mucho por Galicia (aunque al final la llamaron Carmen :P), pero si no es por la coincidencia cumpleaños-santo, celebran más el cumpleaños que el santo. Y en Salamanca, de donde es mi padre, la cosa es parecida, así que en casa siempre hemos celebrado los cumpleaños (algo que a mí siempre me hace ilusión) y pasado bastante de los santos (de hecho, ni siquiera sé cuándo es el santo de mi padre, y el de mi madre lo sé porque cae cerca de su cumple: el 16 de julio).

En Catalunya en cambio es tradición celebrar el santo, incluso más que el cumpleaños. Cosa que nunca he entendido, porque el santo es un día que alguien puso ahí con un nombre, y tus padres decidieron ponerte ese nombre, tú no pintas nada en eso. En cambio el cumpleaños es una celebración del día en que tú decidiste venir al mundo, para mí tiene más gracia 😛

Pero bueno, que cada uno celebre lo que quiera, a mí lo que cada año me sorprende es que el 24 de julio (que es Santa Cristina, por si no lo sabíais :P) venga gente y me felicite. La mayoría de las veces ni siquiera me acuerdo de que es mi santo, y flipo durante unos segundos hasta que caigo en la cuenta. Este año fue más raro, porque un día antes Salva me envió un SMS diciendo que su hermano quería traerme un regalito y que vendría al día siguiente por la tarde. Yo me quedé pensando… un regalo? Por qué? No recordaba que hubiera ido de viaje recientemente como para haberme comprado un souvenir… respondí al SMS preguntándole a Salva por qué, y me dijo… porque mañana ES TU SANTO!

Le dije a Salva que por qué no invitábamos a los cuñaos a cenar, y así estrenábamos la terraza este año, que la tenemos bastante abandonada (básicamente porque con las obras de al lado, ya podemos limpiarla que al cabo de pocos días vuelve a estar hecha un asco :S).

Pere i Natàlia

Los muy malvados no me trajeron sólo un regalo, sino dos: para empezar, una caja de Jelly Bellies de 20 sabores, como la que compramos una vez en Harrods… por lo visto las tienen en una nueva tienda de chuches de Mataró… así que ahora tengo un sitio bien cerquita para aprovisionarme! 🙂

El segundo regalo fue una funda para el iPhone (en rojo). Desde que lo tengo (hoy ha cumplido su primer mes, felicidades Six!) he venido usando la Maya de Proporta, que me cedió Salva porque él usaba la Gorilla que le enviaron para analizar en Applesfera, a falta de comprarme una funda para mí. Y precisamente, estuve mirándome las more-thing y me gustaron bastante. Ocupa algo más que la Maya o la Sena (no mucho más, puedo llevarla en el bolsillo del pantalón sin que me estorbe en absoluto), pero tiene algo que no tienen las otras: robustez (pese a ser también de piel, es más rígida). Por dentro está recubierta de un material suave que también limpia el iPhone al sacarlo, mooola!

En la terraza se estaba de muerte, corría una brisa muy agradable. Para cenar, Salva se curró una ensalada de primero, riquísima, y de segundo yo preparé un tartar de salmón, que también quedó delicioso. Todo muy veraniego 😛

Tartar de salmón

Como no me dio tiempo a preparar ningún postre (es lo que tiene improvisar la cena :P), el señor Frigo vino en nuestro rescate con la típica tarta helada. Después nos hinchamos de comer Jelly Bellies (hay que ver qué ricos están, y cómo están de conseguidos los sabores… es difícil quedarse con uno, pero mi preferido es el de melocotón, nyam!), y Salva abrió una botella de un ron venezolano (Santa Teresa) que le había traído un compañero en Navidad (el chico es de allí, y fue a visitar a la familia), y que como a mí no me gustan los licores no había abierto hasta ahora. Natàlia lo probó, yo lo olí (es mi manera de probar los licores :P, reconozco que éste olía bien), y entre Salva y Pere se pimplaron, entre charla y charla, casi toda la botella.

La sobremesa estuvo muy divertida, hablando un poco de todo. Eran las 2 de la mañana y ya estaban diciendo que se marchaban, cuando Pere pronunció las palabras mágicas: “jugamos a algo?”. Y es que yo nunca rechazo la oportunidad de jugar a un juego de mesa, sobre todo si se trata de cartas o dados. Y para mayor alegría mía, accedieron a jugar al Mus (hacía siglos que no jugaba!). Así que saqué mi arsenal (amarracos del Campillo incluidos :P), enseñamos a Natàlia a jugar y nos pusimos a ello, chicos contra chicas.

Mus

Por supuesto, ganamos las chicas, y por goleada. En la primera vaca, iban ganando ellos hasta el punto de que nosotras tuvimos que empezar a hacer órdagos a la desesperada (treinta y pico piedras a veintipico, íbamos a 40 piedras). Pero al final acabamos ganando sumando puntos xDD. La segunda y tercera vacas ya fueron más de paliza. Entonces habíamos ganado la partida (al mejor de 5 vacas), pero quisimos jugar otra vaca, la de la dignidad. Adivinad quién no recuperó la dignidad perdida :P. Esta vez fue de órdago, un órdago suyo que Natàlia aceptó, con un par (bueno, con un trío de grandes :P).

Entre el ron, la charla y el Mus se nos hicieron… las 4 de la mañana! A esa hora sí que se fueron, que al día siguiente iban a Port Aventura… pero fue una noche estupenda, me lo pasé en grande, gracias chicos!

Llegó el día de abandonar los 3^3 y recibir a los 2^2*7. 28 no es un mal número, pese a ser par tiene al 7 como divisor. Lo realmente malo del 28 es que está más cerca de los 30, pero qué se le va a hacer, el tiempo pasa hagas lo que hagas.

Este año tenía la esperanza de no tener que pasar mi cumple sola como el año pasado… pero el fúngol y la Champinyons se cruzaron en mi camino cuando programaron la final para el día de mi cumpleaños. Teniendo un novio fungolero, la cosa no pintaba bien. Y aunque yo suelo ser bastante zen con el tema del fúngol (a mí no me gusta, pero no me molesta que cada uno muestre su afición como la sienta), que me toquen mi día provoca que me acerque al radicalismo de Lord Zoltan.

Primero, Salva no quería perderse la final por ir a cenar conmigo. Después de arduas negociaciones, hace un par de semanas llegamos a un acuerdo satisfactorio para ambas partes: él iría al bar con los amigos, vería la primera y la segunda parte del partido y se iría a las 23h hacia un restaurante de Mataró para cenar conmigo. Si el partido se resuelve en los 90 minutos reglamentarios, kein problem; si hay prórroga, tendría que perdérsela. En todo caso, en la cena no se habla de fúngol (el resultado lo sabré por los pitidos o no de los coches :P).

El siguiente tema a tratar era el lugar donde celebrar nuestra cena tardía. Tenía que ser un sitio céntrico, un punto medio entre nuestro piso y el bar donde van con los colegas a ver los partidos. Tenía que ser un sitio que nos gustara, que fuera especial (no quería ir al japo cutre) pero no muy caro (que seguimos en economía pre-Japón)… al final acordamos ir a L’únic, un restaurante que han abierto hace poco al que fuimos para el cumple de Christian y que nos gustó bastante.

El domingo pasado llamé a L’únic… sin respuesta. El lunes lo volví a intentar… sin respuesta. Ayer lo intenté al mediodía:

[Cris] Hola, quería hacer una reserva para 2 personas, para mañana miércoles a las 23h.
[L’únic] A ver… pero… mañana… es 27… es la Champinyons!
– Sí, y?
– Es que mañana cerramos, por la Champinyons. A partir del jueves ya abrimos normalmente. [y a mí qué, yo quería mañana!]

Quizás soy muy inocente, pero nunca pensé que el país se paralizaría por un maldito partido de fúngol. Me puse histérica, se lo comenté a Salva por twitter, él me propuso otro sitio bastante chulo, llamé y me saltó el contestador diciendo que cerraban martes y domingos todo el día. Pasaba de esperar a hoy para saber si también eran fungoleros y seguimos buscando opciones.

La siguiente opción fue el Caminetto, un italiano al que sólo hemos ido una vez pero que nos gustó:

[Cris] Hola, quería hacer una reserva para 2 personas, para mañana miércoles a las 23h.
[Caminetto] A ver… mañana… podríais venir antes?
– No, no podemos. A qué hora cerráis?
– Cerramos a las 23h, pero es que… mañana… es la Champinyons, a lo mejor cerramos antes, no creo que se queden para esperar a 2 personas.

Mi ira crecía por momentos. A la mierda! Llamé a una opción que había descartado previamente por no ser especial (está todo muy rico, pero es en plan torrades, quesos y embutidos, quería algo más pijo :P), La Lluna:

[Cris] Hola, quería hacer una reserva para 2 personas, para mañana miércoles a las 23h.
[La Lluna] A ver… mañana a las 23h, 2 personas. Ei, mañana es la final de la Champinyons!
– Sí… estaréis abiertos?
– Sí, sí… tendremos el partido puesto, claro.
– Bueno, a las 23h esperemos que ya haya acabado!
– Sí, esperemos que el Barça ya haya ganado, no?
– Jeje, sí. [yo lo que quiero es cenar, el resultado me da igual!]

En fin, ha costado pero al final tendremos una velada especial, tal como yo quería (espero que no se tuerza nada más!). Salva ya me hizo su regalo anoche, un EyeTV Diversity que viene a sustituir a nuestro malogrado Hauppauge (el truco de la conexión en caliente dejó de funcionar en Semana Santa: cada vez que se enfriaba necesitaba más calor para arrancar, y esta vez no revivió ni dejándolo entre 2 discos encendidos más de 24 horas). Lo malo es que no funciona del todo bien, no sabemos si por defecto del aparato o por la última versión del EyeTV (aunque la del DVD es más antigua y tampoco funciona, y creo recordar que con el Hauppage sí funcionaba), el caso es que en algunos canales, la “calidad de la señal” se pone a oscilar (más bien saltar) entre 0 y 40%, y no reproduce el canal (aunque sintonizarlo, lo sintoniza perfectamente). Pero bueno, lo que mola es la intención, si no funciona se cambia, y… welcome back, TeleMonegal! I missed you 😉

Este viernes lo celebraré con mis amigas (tengo que reservar en un chiringuito del Paseo Marítimo de Mataró, espero no tener tantos problemas!), y el domingo vienen mis padres a comer a casa.

Actualizado 30.05.2009: gracias a todos por las felicitaciones (copiándole la idea a Pepe Ortuño he recogido las de twitter en una imagen). La celebración del miércoles estuvo bien, aunque me sentía un poco observada en el restaurante (estábamos completamente solos xD). La de ayer también, mis amigas me regalaron un neceser y un minilibro de japonés, mooola! Esta noche lo celebramos con los amigos de Salva, y mañana como decía el otro día con mis padres.

Aunque este año voy a ir escasa de vacaciones (entre las 2 semanas que me obligan a hacer en agosto y las 2 que me pillo en septiembre para ir a Japón me las pulo casi todas!), la semana que viene gastaré los 2 días que me sobraron el año pasado… Salva tiene toda la semana (días compensados, que les llaman en consultoría: 1 semana por Semana Santa y 1 semana por Navidad), pero yo no sobreviviría sin tener un par de días por Navidad, así que me he cogido los justos para el viajecito que tenemos pensado.

Así que esta semana no hago vacaciones, pero va a ser movidita: mañana he quedado con los Pochamen (en el Origginals, para variar), que hace tiempo que no nos vemos, así que llegaré a casa bastante tarde… el miércoles cenaré mis tradicionales Ficco en El Italiano de Port Balís para celebrar un aniversario especial, y el jueves toca hacer la maleta…

Y desde el viernes hasta el miércoles que viene estaremos en Salamanca… nos vamos al pueblo (Navalmoral de Béjar), a que Salva conozca a la familia de mi padre, a ver la casa nueva de mi abuela (la antigua se quemó hace 3 años y medio… precisamente entonces ya nos habíamos planteado este viaje) y a hacer un poco de turismo por la zona: Salamanca, Guijuelo, Béjar, Candelario, Ciudad Rodrigo, La Alberca, Plasencia…

Me apetece mucho este viaje, porque podré desconectar, ver a la familia y todo eso, pero por otro lado no me gusta pensar que no voy a descansar (y lo necesito), y sobre todo, lo que menos me gusta es que creo que estoy incubando un resfriado (ahora mismo estoy con un dolor de cabeza horrible) que como dirigido por Murphy asomará la cabeza el jueves por la tarde.

Assassinat al Museu

Estoy de vacaciones desde el viernes por la tarde (y no tuve la confirmación de que esta semana podría hacer vacaciones hasta el jueves por la tarde!), aunque sólo hoy empiezo a saborear lo que es estar sin hacer nada (bueno, estoy cerrando flecos sueltos de un tema del cliente en el que estoy por las mañanas, pero desde la tranquilidad del hogar…): el viernes tuve que quedarme 2 horas más para cerrar unos temas (y al final no pude cerrarlos del todo, por eso estoy hoy pendiente de ellos… con VMWare, que el maldito correo corporativo, tanto el de mi empresa como el del cliente, sólo va bien en IE… frakkin’ Windows!), por la noche tuve la cena de empresa (en un salón de bodas y separados en varias mesas… a mí me tocó en la de los jefes, y acabé descubriendo que el socio de mi empresa estudió hasta 5o de piano… y él descubrió que yo hice hasta 7o, claro… el tema de la cena fueron las anécdotas sobre el Conservatori del Bruc… bueno, aparte de los chistes del comercial, todo un clásico en las cenas… fue muy divertido, la verdad), me quedé a dormir en casa de mis padres (no hay trenes hasta Mataró a las 2 de la mañana :P), el sábado Salva vino a buscarme para ir a ver la exposición Assassinat al Museu (hay más información aquí, en catalán), comimos en casa de mis padres (donde nos dieron nuestro primer regalo de navidad), cenamos en casa de unos amigos… y ayer me pasé el día durmiendo, qué cansada estaba!

Pero bueno, hoy he venido a hablar de mi libro la exposición. Un buen día de marzo vi un artículo en ADN sobre una exposición de criminología que se acababa de inaugurar en el Museu de Ciències Naturals. La exposición estaba planteada como un juego: han asesinado al director del museo, y a través de las diferentes pruebas y su análisis en los diferentes laboratorios forenses, tienes que descubrir al asesino entre 6 sospechosos. Como a mí me gusta la criminología, y la interactividad de la exposición parecía apetecible, se lo comenté a Salva, y quedamos en ir algún día. Lo hemos procrastinado casi hasta el límite (la exposición acaba el 9 de enero), pero al final el sábado encontramos el hueco para visitarla. No llevábamos la cámara, pero hice algunas fotos con el iPhone de Salva (disculpad la calidad).

Vaya decepción. Suponía que estaría más orientada a niños, pero no imaginaba que estuviera tan mal hecha. Porque hay cosas que no tienen sentido.

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Adéu! (1)

Dani, un amigo de Salva, cumple años el 6 de diciembre (tiene 2 menos que la Constitución :P), y desde hace un par de años le ha dado por celebrarlo fuera de casa. A ello ayuda que su cumple es uno de los festivos más esperados del año (lo mínimo es un fin de semana de 3 días, pero hay años en que puedes hacer un puente, o incluso un acueducto!), que permite hacer una escapadita más o menos larga. El año pasado fueron 5 días, y estuvimos en Londres (oops, no hubo crónica :S)… este año eran sólo 3, y aunque se barajaron bastantes opciones tanto nacionales como internacionales, al final nos decidimos por una escapada rural a la Vall d’Aran.

La ventaja que tiene que Dani esté de baja (tuvo un accidente de moto hace un par de meses, el pobre vive pegado a su corsé) es que tiene muuucho tiempo libre, así que una vez decidido el destino, encontró una casa rural adecuada rápidamente. Al principio éramos 8, pero se acabó apuntando más gente y al final fuimos 10 (la capacidad máxima de la casa). La mitad pretendían esquiar y la otra mitad pretendíamos perrear. Creo que todos conseguimos lo que queríamos, jeje. Allá va la crónica.

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Los cinco

Este fin de semana hemos hecho una escapada relámpago a La Cerdanya con unos amigos. Subimos el viernes por la tarde, a tiempo para cenar en Puigcerdà, dormimos en el apartamento de Toni, en La Molina (donde pasamos el fin de año pasado, y está previsto pasar éste, mooola!), nos levantamos pronto y nos fuimos a hacer lo que habíamos ido a hacer: una excursión en quads.

La idea era hacerla con el tío de Salva (él y yo ya habíamos ido varias veces), pero estaba de vacaciones, así que Toni reservó en un sitio de Prats donde ya había hecho alguna excursión.

Después de equiparnos con todo, nos explicaron cómo funcionaban los quads (todos lo habíamos probado antes, excepto Xevi) y salimos con el guía. La excursión era de 2 horas, el guía nos dijo que nos llevaría una hora por terreno plano, y la segunda ya subiríamos a la montaña. La verdad es que la primera hora fue algo aburridilla, pero la segunda lo compensó con creces.

Subimos por un caminito que tenía bastantes zanjas para hacernos saltar, daba un poco de cague pero era divertidísimo… El guía vio que nos desenvolvíamos bastante bien (Xevi al principio tuvo ciertos problemas, pero luego le cogió el tranquillo… aunque se pegaba demasiado a la rueda de Christian, que iba delante suyo, alguna vez incluso se tocaron; Toni también iba a rueda del guía, pero lo hacía por darle caña, fue el que hizo más el loco) y nos llevó a lo mejor de la excursión: la bajada de los tronquitos. Un camino con bastante pendiente, lleno de tronquitos de árbol que nos hacían botar continuamente. Adrenalina a tope, el gas ni lo tocábamos, sólo jugábamos con el freno (de hecho, a mí se me caló el quad de no meterle gas durante tanto rato)… quiero volver a pasar por ahí en quad. Después hicimos una parada en un sitio con vistas, y el guía nos explicó que aquella bajada la había hecho él solo, pero que nunca había llevado a un cliente… mola! 🙂

A la vuelta, nos encontramos un paso cerrado (según el guía, los forestales le habían dicho que estaría abierto… pero no) y tuvimos que dar una gran vuelta. Sin duda esta circunstancia ayudó a que la vuelta fuera lo más divertido de la excursión, junto con los tronquitos, porque el tío tenía prisa por no llegar mucho más tarde de la hora y le metió bastante caña. A mí me gusta dejar bastante distancia con el de delante (en este caso era Salva), además de por distancia de seguridad (en general, pero el sábado especialmente, ya que al quad que llevaba le costaba bastante frenar), por poder pegar un acelerón cuando me apetezca… pero había veces que los perdía de vista! Y entonces tocaba correr, y era divertidísimo.

La parte negativa de la excursión es que acabamos hechos unos zorros: últimamente había llovido (aunque el sábado hizo un dia espléndido), por lo que había charcos en el camino (acabamos de barro hasta en los labios), pero no estaba todo completamente enfangado, por lo que también acabamos llenos de polvo (hasta dentro de las orejas, puaj!). Nos cambiamos de ropa y comimos en la hípica de Prats. Es-pec-ta-cu-lar la cantidad de comida que nos pusieron! Y buena! Para muestra, el segundo plato:

Segundo plato

Lo mejor es que el precio fue un robo, pero no del restaurante, sino nuestro: primeros (éramos 5, pero había para 8 o 9 por lo menos!), segundos (ídem), postre y café… 16 euros. Y con la panxa ben plena, volvimos a Mataró. Por la noche vimos el partido en Estudio 54 (el piso que comparten Christian, Dani y Koko) y Salva y yo nos fuimos a casa, que estábamos cansadísimos. En ese momento pensaba “suerte del cambio de hora!”, pero mi estúpido reloj biológico me ha hecho despertarme a la hora de siempre (es decir, una antes).

Tengo unas ganas tremendas de repetir lo de los quads (aunque hoy me esté muriendo de las agujetas en todo mi cuerpo y no tenga fuerza en las manos para agarrar nada), espero que cuando Dani se recupere (en principio iba a venir, pero después del accidente de moto de la semana pasada cambió de idea… rajao! :P) lo celebremos con otra salida de éstas. El guía nos dijo que con nieve también las hacían, pero a mí me da más reparo porque en la nieve se resbala más y no hay tanto agarre. Por cierto, estaría bien como offcampus de la CampusMac (aunque hay que tener carnet de conducir)… ahí lo dejo como sugerencia 😛

En fin… un mehagustado enorme para este fin de semana.

Ficco

Hoy es un día especial. Y no, no es por el coñazo del desfile (Rajoy dixit), sino porque ya hace un año que vivo en Mataró, ergo con Salva.

Ayer lo celebramos en nuestro italiano preferido, El Italiano de Port Balís, con una botella de Lambrusco. Yo, como siempre, fui fiel a mis Ficco (saquitos de pera y gorgonzola, deliciosos!), Salva pidió una pizza espectacular.

Nada más llegar al restaurante, Salva lo twitteó desde el iPhone. Después, cuando me trajeron los Ficco, se lo cogí y saqué la foto que ilustra este post (ya lo sé, la calidad es fatal, pero ya sabéis que el iPhone no se lleva bien con iluminaciones románticas :P), la subí a su Flickr con Flickrup y le edité la descripción y las tags. Cualquiera que nos viera enganchados al móvil pensaría que pasamos el uno del otro, pero no! Estábamos compartiendo el momento! 😛

Este primer año en nuestro hogar, dulce hogar ha sido genial. Los primeros meses tuvieron sus altibajos, sobre todo en cuanto a organizarnos con las tareas domésticas (se nos iba el fin de semana sin enterarnos) y la compra (normalmente iba yo un día entre semana, lo cual acababa agobiándome…), pero una vez establecidos, nos organizamos un poco mejor (por ejempo a la compra vamos los 2 juntos el viernes o el sábado, y me encanta hacer la compra!).

Con el rollo del aniversario de vivir juntos y el aniversario de salir juntos, ahora comeré Ficco 2 veces al año! 😛

De pequeña me encantaba ir a la peluquería: que me lavaran el pelo, me lo cortaran (me quedaba embelesada viendo trabajar a la peluquera) y luego me lo peinaran. Tenía un pelo rebelde, así que el día que iba a la peluquería era un día especial, porque durante un par de días tendría un peinado de peluquería! Crecí y entonces ya no me gustaba tanto, mi pelo se tranquilizó y las peluqueras se empeñaban en darme volumen (y parecía que llevara un tupé de los 80, qué horror!).

Llevaba unos 4 años con el pelo corto cuando el año pasado decidí volver a dejármelo largo. El problema del pelo corto, por muy cómodo que sea, es que hay que ir a la peluquería frecuentemente, y aparte de que da una pereza enorme, nunca quedaba contenta con el resultado. Iba a una cadena de nombre conocido (pero no me acuerdo de él :P), donde cada vez te atendía una chica diferente, y las últimas veces me tocó una estúpida integral que hizo con mi pelo lo que le dio la gana. Así que desistí del pelo corto. Con el pelo largo es más difícil que te hagan un corte horroroso, y no necesita tanto mantenimiento… aunque de vez en cuando toca repasarse las puntas. Ayer, después de 9 meses sin pisar una peluquería, probé en una de Mataró, de otra cadena más pijilla (de ésta sí me acuerdo el nombre, que fue ayer: Jean Louis David). Lo cierto es que fue toda una experiencia religiosa.

Llego, después de hacerme esperar sólo 20 minutos (que con el Mahjong del Touch pasaron rápido) me hacen pasar a una silla, un chico me da una ficha para que la rellene con mis datos y me planta un catálogo de cortes de pelo en los morros. Le digo que no, que sólo quiero cortarme las puntas. Después de un rato viene otra chica y me pregunta qué quiero hacerme. Se lo explico, y me dice: “muy bien, ahora mismo te hago el presupuesto”. Anonadada me quedé. Es la primera vez que me hacen un presupuesto en una peluquería! Lo bueno de esto es que la clavada la sabes de antemano, no te llevas sorpresas al final. En mi caso fueron 35 euros!! Por lavar, cortar y secar.

Me presenta el presupuesto, le digo que vale, me pone una bata de usar y tirar súper fashion y me dice que va a por la estilista (aka la chica que me cortaría el pelo, en lenguaje fashion :P) para explicarle lo que quiero. Jorl, ya podía habérselo explicado yo! Se lo explica y me deja en manos de la estilista, que me lleva al lavacabezas… que tiene asientos reclinables mediante un motorcito!

Ajusta el asiento, abre el agua, me enjabona, me aclara, me enjabona… y empieza a masajearme la cabeza. Si antes estaba anonadada, ahora no sé qué cara poner. La tía se pasa 5 minutos de reloj con el masaje, que si el cuello, la frente, la cabeza en general… lo mejor es al final, que se pone a darme unos toquecitos como en los masajes de verdad… no, si bien mirado no es tan caro, si te incluye un masaje capilar… xDD

De vuelta a la silla, empieza a cortarme el pelo… con una máquina de rapar. No, no voy al cero… el método es el tradicional, coger un trozo de pelo entre dos dedos, pero en lugar de pasar la tijera por la punta, pasa la máquina… mientras peinaba para coger el trozo de pelo no la paraba, y yo me temía un trasquilón, pero afortunadamente no pasó nada.

En definitiva, ayer fue una tarde un poco surrealista. Supongo que tardaré otros 9 meses en volver a cortármelo :S

Casi 2 semanas sin escribir, un mes de junio raquítico en posts (nunca he sido una posteadora compulsiva, pero el último mes he alcanzado cotas similares a las de los inicios del blog, cuando todavía no sabía qué hacer con él), y pocas ganas de escribir, agravadas por el calor. Pero vamos allá con unos apuntes cortos:

  • Una de las cosas que me quita tiempo es mi amigo Mario Kart. Sigo desbloqueando cosas (me faltan 3), pero cada vez es más complicado. Eso sí, la diversión no decae.
  • La semana pasada Salva se propuso comprar un juego para la Wii sólo para él, porque como yo me he apropiado del MK… A priori no parecía fácil encontrar un juego que o bien no me gustara nada o bien se me diera fatal (para que sólo fuera para él :P), él buscaba un juego de peleas porque a mí no me van los juegos de peleas, pero tampoco me iban los de coches :P, así que no las tenía todas consigo… Al final cayó el Super Smash Bros. Brawl. Prueba superada: jugué un rato al modo clásico, que consiste en irte peleando con diferentes personajes, y no le vi ninguna gracia (eltercero, no te me tires a la yugular, que sabes que soy una casual gamer! :P). Luego Salva jugó al modo aventura, que parece más interesante, aunque sigue consistiendo en pelearse con gente. Lo que sí que no me gustó nada del juego (independientemente de lo no jugona que sea) es que es absolutamente 1.0: el puntero del Wiimote no está activo, y el control del juego es 100% con los botones, no saca partido de los sensores de movimiento del Wiimote.
  • Mi amigo PoloFresa me tiene contenta últimamente. La última fue olvidarse de que había quedado conmigo (y no es una de estas cosas de las que no se entera, lo confirmó él por escrito) en que alguien me daría acceso a unas salas técnicas (que están en edificios alejados de donde trabajan, en medio de la nada), y al preguntar por las personas que me había dicho él, nadie sabía nada de mí. Cuando fui a verle a su oficina, ni una disculpa.
  • Por fin hemos podido estrenar la barbacoa que le regalaron a Salva sus amigos. Fue la noche de la Revetlla de Sant Joan, y no fue fácil, entre nuestra inexperiencia (suerte que estaba Toni, el experto en barbacoas) y lo rápido que se agobia Salva, pero al final salió todo muy bueno. Y hubo coca!

    Las próximas citas con la barbacoa son este domingo, que viene mi amiga Noelia a comer (ya era hora de que la invitara a casa!), y el día 20, que viene la familia de Salva al completo. A ver cómo se nos da.

  • Ayer publiqué en flic una foto que llevaba más de un mes rondando por mi móvil. La saqué desde el coche cuando volvíamos a casa, el semáforo acababa de ponerse en verde y Salva arrancó rápido, intentando evitar que inmortalizara esta incoherencia de su ciudad (pero no lo consiguió, mwahahahah!).
  • El fin de semana de Sant Joan (de 4 días para nosotros) vimos la primera temporada de The Big Bang Theory. Siempre había sido algo reticente a verla porque, según el creador de mi adorada The IT Crowd, rozaba el plagio, pero leí (no logro recordar dónde) que uno de los protagonistas sufría el Síndrome de Asperger, y automáticamente puse a bajar toda la temporada (me fascinan las enfermedades de la familia del autismo, en especial el Asperger, que descubrí hace un par de años con un libro muy recomendable).

    A Salva le encantó, yo he de reconocer que me he reído muchísimo con ella (es tremendamente friki) pero la serie en sí no me termina de gustar. El Asperger de Sheldon es intermitente (en un capítulo hay un gag en relación a que Sheldon no es capaz de entender los sarcasmos y los dobles sentidos, y en el capítulo siguiente ironiza sobre Leonard y Penny) y la relación de Leonard y Penny no es nada natural, no me la creo. Pero mientras sea tan friki, veremos la segunda temporada.

  • Cuando empezamos con TBBT, le comenté a Salva lo práctico que era tener una comedia de 20 minutos en stock, puedes ver un capítulo en cualquier momento porque son muy cortos… Nuestro stock se fue al traste cuando vimos los 17 capítulos en 4 días, así que fui a por la siguiente de mi lista: 30 Rock. El primer capítulo, decepcionante (había oído hablar mucho de ella y el piloto no es gran cosa); el segundo, psé; el tercero está bastante bien, pero aquí Salva se apeó del tren, no le estaba gustando nada. Bastaban dos capítulos más para caer rendido a los pies de esta comedia… pero tengo que dedicarle un post cuando acabe las 2 temporadas existentes (ya están en Toaster, preparadas para los atracones de capítulos camino del trabajo), que merece la pena.
  • La semana pasada cometí un error: justo después de que Salva me tumbara 30 Rock, le propuse State of Play, una serie de la que me había hablado MacGuffin cuando comenté sobre Life on Mars (sale el gran Philip Glenister!), y de la que hace poco habló en su blog. Entre que es una historia muy densa, que estábamos cansados, Salva además en modo negativo y que cuesta entender el inglés de la serie (he estado buscando subtítulos y no hay manera!), no la cogimos con mucho interés. Salva directamente me dijo que pasaba de ella. Yo sí la terminaré, si encuentro subtítulos.
  • Salva también se bajó del tren de Ashes to Ashes al tercer o cuarto capítulo. Yo tardé bastante en retomarla, porque no sabía cómo meter subtítulos en el iPod (aunque el acento londinense de A2A se entiende bastante mejor que el manchesteriano de Life on Mars), hasta que recordé un screencast de Samuel. Aunque A2A no llegue al nivel de su serie madre, es entretenida, y el final de la primera temporada es curioso… ahora a ver qué hacen con la segunda.
  • Estoy haciendo un intensivo de Bruce Springsteen, de cara al concierto del día 19 (en el Camp Nou, al que nunca he ido por mi nula pasión fungolera, será mi ocasión para verlo por dentro), al que iremos en plan familiar: los padres de Salva, su hermano con su novia, y Salva y yo. Los grandes fans son los dos hermanos (de hecho, cuando hace 2 años le regalé a Salva 2 entradas para otro concierto del Boss por su cumple, fue con su hermano), pero seguro que todos nos lo pasamos genial.

De pequeña, envidiaba a los que cumplían años los primeros días del mes. Para ellos, cumplir X años el día X pasaría pronto (o ya había pasado): cumplir 13 años el día 13, 7 años el día 7… Para mí, el año en que cumpliría 27 años el día 27 quedaba muuuy lejos… 2008, el nuevo siglo, el nuevo milenio! Suena friki (mis posts de cumpleaños suelen serlo :P), pero siempre he esperado con ansias el 27 de mayo de 2008.

Y llegó el día, y la verdad es que va a ser uno de los cumples más sosos que recuerdo. Por primera vez en mi vida me toca trabajar el día de mi cumpleaños (no cuento el periodo de estudios, ir a clase en tu cumpleaños era divertido), hacía 4 años que no caía entre semana (y en 2004, aunque tuve que ir a Philips, el día acabó de la mejor manera), Salva está en Mallorca (es la primera vez desde que nos conocemos que no nos vemos el día de mi cumple 🙁 ), en casa estaré sola…

En la parte positiva, ayer (26) estuve en casa de mis padres, estuvimos charlando toda la tarde, y mi madre me hizo el mejor regalo del mundo (aparte de algún dinerillo que nunca viene mal):

Gelat de llimona!

Su famoso helado de limón. Ya he dicho por aquí que mi madre es una fantástica cocinera, pero si tengo que quedarme con alguno de sus inventos, serían sus helados, y concretamente el de limón. Lo probé nada más llegar a casa, medio derretido (lo traía en una bolsa isotérmica, pero aún así…), y la que me derretía era yo con lo rico y cremoso que estaba… Nota mental: aprender a prepararlo. Gracias mami! Que por cierto, también se ha acordado de su yerno, que no es muy amigo de la ralladura de piel de limón que lleva (que para mí es lo mejor del helado!), y le ha preparado otro de turrón (que a mí me parece demasiado dulzón, dicho sea de paso).

Y Salva me ha llamado a las 0:00h para felicitarme… aunque ya lo había hecho esta mañana con un mensaje en la pizarra… ains… qué ganas de que llegue mañana, pero sobre todo, qué ganas de que llegue agosto para que no tenga que volver a Mallorca!

Actualización 28.05.2008: ya pasó el día, ya tengo 27 (que por cierto, me olvidé del detalle friki: es un número que me encanta porque acaba en 7 y porque sólo tiene un factor, el 3), lo celebré yo solita viendo La Princesa Prometida en la tele de 40″ y comiendo helado… aunque me encantó recibir felicitaciones de amigos y familia 🙂