El capítulo de ayer de Aquí no hay quien viva fue impresionante. Me devolvió la fe en la serie, que últimamente andaba algo floja pero ayer volvió al sarcasmo y el humor negro que hicieron que me enganchara al principio… Incluso Vanessa Romero no me molestó demasiado!

En el capítulo anterior, había nacido la nieta de Juan Cuesta (a la que han puesto de nombre Yamiley :S), y poco después del nacimiento, llaman a Juan desde el hospital para decirle que Paloma ha muerto. A mí me sorprendió, puesto que llevaba muchísimo tiempo en coma por si a Loles León le daba por volver, pero veo que al fin han decidido cerrar esa puerta (o no, que con lo surrealista que es esta serie nunca se sabe).

Los guionistas han encontrado un momento perfecto para matarla, por una parte se especula con que Yamiley sea la reencarnación de Paloma (aunque a esto no le sacaron todo el jugo posible), y por otra, la gran fuerza del capítulo de ayer es la recreación del circo mediático alrededor de la muerte de un famoso (a alguien le suena?).

En la radio de la portería, toda la programación del día del funeral gira entorno a Paloma (La más grande, dice Marisa), con especiales sobre su figura y retransmisión en directo del funeral. Genial el momento SMS:

Si crees que será enterrada, envía Paloma espacio tumba al 382; si crees que será incinerada, envía Paloma espacio horno.

Pero lo mejor viene el día después, en el que el homenaje a la famosa ya se acaba y empiezan a sacar los trapos sucios. En el funeral apareció un vendedor de aspiradoras que dice haber tenido un romance desde hace 14 años con la fallecida, Juan Cuesta echa cuentas y ve que Josemi puede no ser hijo suyo. Esto en principio debería mantenerse en secreto (lo saben Juan, Emilio y Mariano) pero no se sabe cómo, Vicenta se entera y lo suelta en antena (mientras entrevistan a Mariano, que ya ha sacado la biografía de la difunta, Paloma Cuesta, y punto en boca). La Torrijas (Beatriz Carvajal) entrevista en exclusiva a Josemi para hurgar en sus sentimientos ahora que su padre puede no serlo, y las Supernenas (Marisa, Vicenta y Concha) contraatacan con una entrevista al amante de Paloma, mientras esperan a dar los resultados de la prueba de paternidad (al final Juan Cuesta la rompe y nos quedamos sin saberlo) en directo. Hay otro momento SMS, genial como el anterior:

Si crees que Josemi es hijo de Juan cuesta, envía Josemi espacio legítimo al 382; si crees que es del de las aspiradoras, envía Josemi espacio bastardo.

Se habla de radiobasura, Mariano reivindica su programa (un late night llamado El loco de la portería) como ejemplo de calidad, todos los que antes tenían un espacio se quejan porque ahora lo copa todo el tema Paloma… Cualquier parecido con la realidad es completamente provocado :P. Ojalá sigan por esta línea, me reí muchísimo.

Esto me recuerda a un momento incómodo que hubo el martes en TeleMonegal. El programa siempre tiene la misma estructura, dividida en tres bloques (separados por pausas publicitarias brevísimas, es un placer): en el primer bloque, Ferran Monegal analiza la actualidad televisiva de la semana (a algunos comentaristas de este post de Vaya Tele les convendría echarle un vistazo al programa, es curioso analizar las diferentes maneras que tienen las diversas cadenas de explicar la misma noticia, se aprende mucho); en el segundo, se presenta al invitado (alguien que tenga alguna relación con la tele, aunque no se dedique a ella, por ejemplo hace poco estuvo Sergi Arola, que es un cocinero mediático) y se le hace una entrevista, centrándose sobre todo en su actividad televisiva, analizando los cortes seleccionados por el equipo del programa; y en el tercero, Ferran Monegal invita al invitado a hacer un ejercicio conjunto de crítica televisiva, normalmente los cortes que se ponen en esta parte van relacionados con la actividad del entrevistado (por ejemplo con Sergi Arola analizaron programas de cocina en la tele, con Carlos Sobera, concursos, etc.).

A mí me encanta la primera parte, la tercera también suele ser interesante pero la segunda depende del invitado. Este martes fue Pepe Calabuig (uno de los periodistas de Salsa Rosa, antes era subdirector de Interviu). Estuve a punto de irme a la cama cuando vi que era él (hace muchísimo tiempo que no veo, ni siquiera haciendo zapping, nada de un programa de cotilleos), pero la entrevista empezó bien, así que me quedé. Al principio del tercer bloque (en el que el análisis se centró en el tratamiento de la agonía y muerte de Rocío Jurado) empecé a notar algo raro, la respuesta de Pepe Calabuig a cualquier pregunta de Ferran Monegal sobre un vídeo que acababa de poner era: esto no lo he hecho yo, por lo tanto no opino.

No estoy de acuerdo con la frase, que no lo hayas hecho tú es razón para no responsabilizarte por ello, pero no para no dar tu opinión. Aunque estaba en su derecho de hacerlo, claro. Al final salió el problema a la luz, y es que Pepe Calabuig pensaba que iba a un programa a que le entrevistaran. Nadie le había explicado en qué consistía el programa (supongo que conocía a Ferran Monegal por su columna en El Periódico), y le sentó mal que delante de él se criticara a compañeros suyos y se le insistiera en hacer lo mismo.

De todas maneras, el programa me sirvió de algo, para entender algunas de las coñas que se hicieron en Aquí no hay quien viva (y también para observar que desaprovecharon una: me pasé todo el funeral esperando a que Marisa o Vicenta empezaran a leerles los labios a Juan desde lejos, pero no pasó :P).

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