Hace ya unos días que me siento en tierra de nadie: entre que mis padres no están y que me he exiliado de mi habitación, mi casa ya no es mi casa, pero el piso de Mataró tampoco es mi casa; la verdad es que el tema está un poco parado y no sabemos cuándo podremos ir a vivir allí, las razones las comentaba Salva en su último Mehagustado.
De momento hemos ido mirando muebles, hemos hecho un par de visitas a Ikea pero no nos ha acabado de convencer nada de lo de allí (mi opinión es que para cosas pequeñas que puedes montarte tú fácilmente, como la cajonera de mi habitación, está bien, pero si tienes que montarte el piso allí acaba saliéndote caro), al final creo que por lo menos nuestra habitación la acabaremos encargando a una tienda de mi barrio (mi casa la casa de mis padres es toda de esa tienda), de las de toda la vida, nos saldrá algo más caro pero será de más calidad… Ya vimos un conjunto que nos gustó, ahora falta encargarlo y que vengan a tomar medidas, que como todavía no tenemos las llaves del piso es más complicado… Nosotros ya tomamos unas medidas de referencia hace un par de semanas, pero mejor que lo hagan los profesionales :P. Por cierto, el día que tomamos medidas también hice algunas fotos, pero como todavía estaban allí los muebles originales, prefiero no mostrar tal esperpento, o por lo menos, no mostrarlo hasta poder enseñar un antes y un después.
El viernes en el Aki de Mataró vimos una mesa de jardín enorme, como nosotros queríamos (tenemos una terraza considerable, contando baldosas calculamos unos 40m2 aproximadamente), mínimamente reforzada y bastante barata, así que nos lanzamos a nuestra primera compra para el piso. Eso, y 6 sillas (a 4€, no sé cómo no pillamos más :P). Para luego darnos cuenta de que la mesa no cabía en el coche de Salva. Llamamos a su padre, pero no conseguimos quitar los asientos y tampoco entró en su coche. Así que al final tuvimos que pagar el transporte, este viernes nos la llevarán a casa de Salva. Luego ya veremos cómo la llevamos al piso.
Hoy hemos hecho nuestra segunda compra, un par de juegos de sábanas (en la Casa de las Mantas, para los que escuchen la radio: Heaven, I’m in heaven… Calle Jonqueres número 5, al ladito de La Caixa!). Pero vamos comprando cosas con cuentagotas, supongo que al no tener ya el piso en nuestro poder no nos lo acabamos de creer y no nos atrevemos a comprar mucho.
Y en mi casa casa de mis padres, cada vez me siento más rara. Mis padres, como cada verano, están en Cunit, así que estoy prácticamente viviendo sola (con un moscardón que molesta de vez en cuando). Además, hace un par de semanas que se estropeó la mitad del aire acondicionado, y justo le ha tocado a mi habitación, así que me he exiliado a la de mis padres. Por lo tanto mi habitación ya no es mi habitación, y supongo que me iré antes de que vuelvan mis padres de Cunit, o sea que dudo que vuelva a dormir aquí. Y con el calor que hace, me apetece bastante poco tocar el ordenador (antes con el portátil lo tenía más fácil…), he aquí la razón por la que me he pulido Weeds en dos días y los capítulos de Las Chicas Gilmore que tenía descargados en otro día, así que me he quedado sin nada (bueno, tengo Expediente X procrastinado desde hace un año, quizás sea hora de acabar con ella). Mi mula está trabajando, pero le falta práctica :S
Aclaración sobre el aire acondicionado: tenemos dos motores, y cuatro aparatos de calefacción/aire acondicionado, dos con cada motor. Uno está en mi habitación, otro en la de mis padres, otro en el comedor y el último en el distribuidor de la habitación de mi hermana y la salita. Estos aparatos son lo que yo llamo binarios: le pongas la temperatura que le pongas, acabarás pasando frío (o calor, si es invierno). Así que yo en verano duermo con el mando del aire acondicionado, y entre fase REM y fase REM lo voy encendiendo y apagando. Hace un par de semanas saltaron los plomos (a veces pasa cuando están todos los aparatos encendidos, pero esta vez estaban apagados!), y cuando los subí, no funcionaban ni el de mi habitación ni el del comedor, por lo que supongo que se habrá fundido uno de los motores. En el comedor no hay problema, porque como da a la calle pasa una brisa agradable (cuando hay brisa), pero en mi habitación no pasa ni una gota de aire, es agobiante. Por eso me he trasladado a la de mis padres, aprovechando su ausencia.
Ahora estoy con el ventilador puesto, pero lo único que hace es mover el aire caliente que había en la habitación, así que no ayuda mucho. Así que prácticamente no piso mi propia habitación. Lo que decía, en tierra de nadie.