Por fin! Empezamos en Navidad (aprovechando que la gente vueeelveee, a casa vueeelveee por Navidad… es lo que tiene tener muchos amigos repartidos por el mundo :D), pero hasta la semana pasada no acabamos de entregar las invitaciones. De hecho, a mediados de febrero ya habíamos dado el 90%, pero el otro 10% se ha hecho de rogar: familia de Puigcerdà a la que había que hacer una visitilla, amigos de la familia con los que era complicado quedar (tanto, que al final delegamos la entrega de la invitación en mi suegra :S), invitaciones que se pierden en Correos (esto nos pasó con 2; las reenviamos por correo certificado y una llegó y la otra me la devolvieron… al día siguiente llegaba la original a su destino xD)… pero ya está :)
Queréis verla? Pues tendréis que esperar a que os explique la historia (o podéis hacer trampas y scrollear hasta el final del post… tampoco es tan largo xDD). Si una cosa teníamos clara cuando decidimos casarnos es que, dentro de lo cursi que puede (debe?) ser una boda (al final va de amor :P), la nuestra iba a ser todo lo nuestra posible. Y nuestra en este caso significa un poco friki, para qué engañarnos.
Empezando por la invitación. No queríamos una cosa estándar, pastelosa… y teníamos clarísimo que la diseñaríamos nosotros. Así que empezamos a buscar inspiración. Recordé un compartido de mi GReader (snif), cuya diseñadora además es amiga de @pedro10 si no recuerdo mal… pero en su web ya dice que no la cede ni hace cosas similares para otros.
Seguimos buscando y llegamos a la madre de las inspiraciones. 30 invitaciones de lo más friki, algunas un poco psé, la mayoría bastante divertidas y unas cuantas muy buenas. La 7 es espectacular (mirad la parte de atrás y decidme si había alguna posibilidad de que no me gustara… pero es que la cantidad de referencias frikis es inconcebible :P).
O la 27 (7 y 27, buenos números :P).
Nos gustó mucho la 27. Y a la parte de atrás se le podía sacar mucho partido. Podíamos dar puntos por hacer cosas frikis antes o durante la boda!
Chan-Chan-Chan…