El 15 de abril hará 19 meses que estoy en el Cliente (aquello de que como máximo serían 6 meses ya es sólo un mal chiste :P). Estos casi 19 meses mi rutina diaria ha sido: 4 horas en el Cliente por la mañana y algo menos de 3 horas en la oficina por la tarde. La parte buena es poder dormir una hora más (en la oficina entramos a las 8h, y mi horario en el Cliente empieza a las 9h, no me da tiempo de pasar antes por la oficina) y el horario de los viernes (salgo a las 13h del Cliente y no vuelvo por la oficina, ya que salen a las 14h y tampoco me daría tiempo de nada); la parte mala… don’t get me started. Además de lo poco que me gusta mi trabajo en el Cliente, 3 horas en la oficina son muy pocas para poder llevar un proyecto.
Cuando empecé en el Cliente, el proyecto de PoloFresa estaba dando sus últimos coletazos, por lo que en la oficina básicamente me dedicaba a eso, y en el tiempo que me quedaba libre, a parchear (ayudar a compañeros con el trabajo sucio: tablas Excel, esquemas, búsqueda de información… de chica para todo, vamos). Cuando lo de PoloFresa se acabó, sólo me quedó parchear. Algunos de esos parcheos fueron cosa de más de una tarde y me indigné por cómo estaban planificados, pero la mayoría eran (y siguen siendo) poca cosa. Súper interesante ¬¬
Podéis imaginar lo que son 19 meses sin un proyecto entre manos. Bueno, antes del verano pasado se me asignó a uno, precisamente sin tener en cuenta que sólo estaba en la oficina 3 horas. Peor: llegó julio, y con él la jornada intensiva (horario de 8 a 15h en la oficina), y no se tuvo en cuenta que yo tenía menos de hora y media al día para dedicar a ese proyecto. Peor: llegaron las vacaciones de agosto (hay 2 semanas obligadas, pero la gente suele pillar 3; yo normalmente sólo hago las obligatorias, y el año pasado, teniendo el viaje a Japón en septiembre, con más razón), y se le prometió a ese cliente que en una semana tendría hecho algo que yo ya había avisado que no podría (en condiciones normales lo acabaría en un par de días, pero con lo poco que podía dedicarle cada día, imposible), y obviamente el cliente se quejó. Peor: llegó septiembre, se hizo una especie de piloto de ese cliente y desde entonces el proyecto está parado.