La que hoy acaba ha sido una semana rara. Por un lado, mucho trabajo en la oficina (lo cual mola, pero gracias a ello mi número de posts sin leer aumenta exponencialmente, de hecho desde el miércoles no he abierto el navegador más que para consultar algo del trabajo!), cogiendo alguna responsabilidad que otra, teniendo mi primera reunión en solitario con un cliente (Salva y yo le llamamos PoloFresa, y es un caso de PEBKAC… si yo os contara… :S)… en fin, que estoy muy contenta, aunque el tiempo libre escasee.
Y por otro lado, técnicamente perfecta en lo que a vida parejil se refiere: 5 días de rutina alternativa, un fin de semana genial (aunque Salva trabajara ayer) lleno de risas contagiosas, que ha incluido una visualización de La Princesa Prometida (cómo puede seguir emocionándome después de tantos años?) y 3 capítulos de Dexter (qué segunda temporada más buena!) y un domingo japonés (que ha consistido en comer sushi al mediodía y tempura por la noche, nyam, qué buena me ha quedado la salsa Tsentsuyu esta vez!), ha pasado casi un año desde el último sushi day, no está mal.