A todos los asistentes al Madrid Bizarro: os odio. Por organizar tal sarao en la peor fecha posible: el 19 de julio. Porque ese mismo día The Boss tocaba en el Camp Nou de Barcelona, y aquí el vecino es fan del Jefe y hacía meses que teníamos las entradas.
Fuimos en plan familiar, con el hermano y los padres de Salva (por cierto, fue mi suegri quien me invitó, gràcies Conxita!). El concierto empezaba a las 22h, pero salimos de Mataró a las 18h. Pensábamos que íbamos con tiempo de sobras, pero no había aparcamiento en un kilómetro a la redonda… al final aparcamos detrás del Campus Nord (donde Salva y yo estudiamos Telekos :P), a 1,25km del Camp Nou según Google Maps (en línea recta).
Una vez aparcado el coche (y menos mal que fuimos con uno, como para aparcar dos!), excursión hasta el Camp Nou… y nos pusimos de reventas. Teníamos una entrada de sobra, de alguien que al final no pudo venir, y nos pusimos a dar vueltas alrededor del campo a ver si la colocábamos. La inexperiencia es un grado, muchas veces venían los propios reventas a ofrecernos entradas a nosotros (nos verían tan perdidos que pensarían que las necesitábamos) y nosotros no sabíamos cómo entrarle a la gente. Al final por casualidad oímos a un chico rechazar una entrada a 120 euros (me parece barata para ser reventa, esperaba más… aunque supongo que más tarde se encarecerían) y Pere le ofreció la nuestra a precio de coste. El hombre estaba más contento que unas castañuelas, era un tío de Valencia que se había hecho 500km para venir a un concierto para el que ni siquiera tenía entrada. Eso es ser un buen fan. Luego en el concierto lo tuvimos al lado, claro, y el hombre no paraba de saltar, bailar, cantar… estaba emocionadísimo! Al final nos volvió a agradecer la entrada… como dicen, no hay mal que por bien no venga, nosotros ni ganamos ni perdimos y a este hombre lo hicimos feliz… pues mejor que mejor.
Era mi primera visita al Camp Nou (lo cual da fe de lo poco fungolera que soy :P), así que hice bastantes fotos. La mala noticia es que no me llevé la Lumix, porque no las tenía todas conmigo de que me dejaran pasar con ella (en la entrada pone que no se pueden llevar cámaras), y la Pentax colaba más en mi bolsillo. Luego vi a gente con cámaras Reflex, teleobjetivos… vamos, que no miraban nada, pero a priori no podía saberlo… Es mala noticia porque las fotos son más pequeñas, y porque volví a mi querida limitación de 30 segundos en los vídeos.
Nuestros asientos no podían haber estado mejor situados: hacia la mitad del campo, sentados en la primera fila de segunda gradería (no nos tapaba ni una sola cabeza!). Salva y Pere flipaban imaginando cómo se vería un partido desde esos asientos (y el pastizal que deben valer). Además, estábamos justo al lado del palco de las autoridades. Apareció Joan Laporta y todo fueron gritos pidiendo su dimisión y soltando improperios.
No soy fan de Bruce Springsteen, aunque un mes antes del concierto me puse a hacer deberes y mi iPod sólo reproducía la lista de imprescindibles que me pasó Salva (si tenía que ponerme a escuchar la discografía entera, no llegaba a tiempo!), pero a un concierto del Boss hay que ir una vez en la vida, este hombre es pura energía (a sus casi 60 años!) y fueron 3 horas de puro espectáculo. Todos pensando que tocaría el último disco y alguno de sus grandes éxitos, pero la noche se convirtió en un Greatest Hits (y algo de Magic para justificar el nombre de la gira). Al salir pensábamos “mañana no podrá aguantar este ritmo”, pero luego va y el domingo se marca otro concierto igual de cañero! En cambio, nosotros al día siguiente teníamos una barbacoa en casa con toda la familia de Salva y nos moríamos de cansamiento.
Para finalizar, un vídeo resumen de la noche (con la Pentax y Final Cut he hecho lo que he podido…). Los casi 5 años de vida de la Pentax pasan factura, y antes de que acabara el concierto se murió la batería. Así que no hay muestras del fin de fiesta con Twist & Shout y Bamba.